Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, lamenta que la realidad le estalle en la cara a los dirigentes que insisten en afirmar que inscribir a un candidato inhabilitado en las presidenciales, porque esto es imposible, sin “una dura negociación”.
Que la oposición “tiene que negociar” con la administración de Nicolás Maduro para poder participar en las presidenciales, si el candidato ganador de las primarias es un inhabilitado, se viene diciendo desde hace semanas, pero, esa especie viene cobrando más fuerza, a medida que se acerca el 22 de octubre.
En esto coinciden desde analistas políticos hasta periodistas y opositores que citan “fuentes cercanas” de ambos bandos, a pesar de que públicamente se desmienten estas conversaciones.
Uno de estos analistas es Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, quien en sus redes sociales argumentó: “Podrá venirse una dura negociación política para que algunos de los líderes (moderados) logren ser habilitados. Pero un inhabilitado radical en primarias, por muy triunfador que resulte en ese evento, estará impedido de participar en las presidenciales”.
Recuerda que “la institucionalidad que lo inhabilitó es la misma que conducirá la elección presidencial y no hay razones para pensar que ahora sí se le autorizará”.
León señala que “es posible que ningún inhabilitado pueda participar, pero si hubiera alguna opción, parece claro que estaría reservada sólo a líderes dispuestos a negociar políticamente, lo cual excluye, por definición, a los radicales, cuya posibilidad de habilitación es prácticamente nula”.
El analista aclara, so pena de ser criticado como ya lo es, que “en lo particular, las inhabilitaciones me parecen una violación a los derechos democráticos”.
No obstante, insiste que “no se trata de la constitucionalidad. Hablamos sobre la base de un hecho empírico, fáctico, a la vista de todos, que se ha repetido por años y no se vislumbra que vaya a cambiar”.
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Cambios difíciles
León también ratifica que cambiar el panorama al que se enfrenta la oposición es difícil.
“La segunda dimensión que plantea una lucha no electoral por la defensa de esos derechos, basta mirar el pasado para justificar nuestro escepticismo, pues significa entrar en un campo donde el adversario es infinitamente más fuerte y más hábil”, lamentó.
Por ello y a su juicio, “luce mucho más racional alcanzar acuerdos internos para garantizar que, una vez finalizadas las primarias (si es que pueden finalizar), la oposición tenga la fortaleza para unirse alrededor de un líder o de una lidereza que pueda participar en el proceso electoral (incluso en condiciones no competitivas) capaz de mover a la gente hacia lo que sabe y quiere hacer: VOTAR”.
Recordó que con “el voto masivo” se puede “mostrar la fuerza y construir el momentum de la verdad, evocando la historia latinoamericana en Perú, Nicaragua, Chile, Bolivia, México, o más cerquita: Barinas”.
A león le da pena “contradecir las arengas emocionales de algunos líderes populares (en todo su derecho a participar), pero la realidad indica que más vale líder habilitado activo y unitario en una elección sesgada que líder inhabilitado generando esperanzas falsas y comprando, otra vez, todos los tickets para una decepción masiva”.