Un misil de fabricación británica destruyó el pasado viernes un centro de mando ruso en Crimea.
Según Ucrania, en ese ataque consiguieron matar al comandante de la flota rusa en el mar Negro.
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Hasta ahora, Rusia no ha confirmado ni desmentido la información.
Este tipo de situaciones son alarmantes y preocupantes en el ámbito internacional.
Esperamos que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y se investigue a fondo lo sucedido.
Es importante recordar que la violencia nunca es la solución y que debemos buscar siempre el diálogo y la negociación para resolver los conflictos.
