El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha anunciado que una de sus comisiones de investigación independientes ha recopilado “pruebas claras” de crímenes de guerra cometidos por ambas partes en el conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás. Este anuncio se produce apenas tres días después del ataque de Hamás contra Israel.
La definición de crimen de guerra contra civiles se encuentra en el artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI) y se basa en los Convenios de Ginebra de 1949. Estos crímenes son violaciones graves del derecho humanitario, generalmente cometidas contra civiles durante un conflicto.
Según David Crane, experto en derecho internacional y fiscal jefe fundador del Tribunal Especial de las Naciones Unidas para Sierra Leona, atacar intencionadamente a civiles y objetivos civiles sin un motivo militar necesario es un crimen de guerra, y ambas partes deben cumplir con este estándar según el Derecho Internacional. Es importante destacar que el concepto de crimen de guerra es diferente de los conceptos de crímenes contra la humanidad y genocidio, ya que los crímenes de guerra se limitan a conflictos internos o entre dos Estados, mientras que los otros dos pueden cometerse incluso en tiempos de paz.
No todos los ataques contra civiles se consideran automáticamente crímenes de guerra. Según Mark Kersten, de la Escuela Munk de Asuntos Globales y Políticas Públicas de la Universidad de Toronto, las leyes de guerra no siempre protegen a los civiles de morir, y no todas las muertes de civiles son necesariamente ilegales. La clasificación de un acto militar como crimen de guerra depende de si el acto estaba justificado. Por lo tanto, si se considera militarmente necesario, el bombardeo de una escuela o un edificio residencial no puede ser catalogado como crimen de guerra.
Determinar si un acto militar es un crimen de guerra se guía por tres principios: distinción, proporcionalidad y precaución. La proporcionalidad prohíbe responder a un ataque con violencia excesiva. La distinción requiere que se diferencie constantemente entre civiles y combatientes, y la precaución exige hacer todo lo posible para evitar daños a civiles. En el caso del conflicto actual en Gaza, una zona densamente poblada, es difícil bombardear sin causar bajas civiles. Sin embargo, determinar el objetivo previsto de un ataque es fundamental para establecer si se cometió un crimen de guerra.
La Corte Penal Internacional es el único tribunal internacional permanente con autoridad para procesar crímenes de guerra, crímenes internacionales de genocidio y crímenes contra la humanidad. Todos los países que aceptan ser parte del estatuto están obligados a cooperar con la CPI y cumplir con ciertas medidas. Sin embargo, Israel, al igual que Estados Unidos, China, Rusia y Egipto, no forma parte de la CPI, por lo que las decisiones del tribunal no tienen vigencia en Israel.
En resumen, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha recopilado pruebas de crímenes de guerra cometidos por ambas partes en el conflicto entre Israel y Hamás. Sin embargo, no todos los ataques contra civiles son automáticamente considerados crímenes de guerra, ya que depende de si el acto estaba justificado. La proporcionalidad, la distinción y la precaución son principios clave para determinar si un acto militar es un crimen de guerra. Además, es importante destacar el papel y la jurisdicción de la Corte Penal Internacional en la persecución de estos crímenes.
Con información de efectococuyo.com