El líder del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, y el presidente catalán, Pere Aragonès, han llegado a un acuerdo que allana el camino para la investidura en España, pero ha generado duras críticas por parte de los partidos de derecha.
El pacto alcanzado el 31 de octubre incluye la aprobación de una ley de amnistía para los políticos catalanes condenados por el intento de secesión de 2017, una demanda también respaldada por el partido del expresidente catalán Carles Puigdemont, cuyos votos son fundamentales para que Sánchez sea investido presidente.
Además, el acuerdo amplía la amnistía a las asociaciones civiles independentistas catalanas, que están siendo investigadas por presuntos delitos de terrorismo. Esto ha generado fuertes críticas por parte de los partidos de derecha.
El coordinador del Partido Popular (PP), Elías Bendodo, ha afirmado que el independentismo “vende sus votos al precio que le da la gana porque Sánchez los va a comprar a cambio de conseguir su investidura”. Por otro lado, ocho vocales conservadores del Consejo General del Poder Judicial han solicitado un pleno extraordinario para abordar la amnistía, ya que consideran que es una “medida de abolición del Estado de derecho” que “viola la Constitución”.
En las elecciones de julio pasado en España, el partido más votado fue el conservador PP, pero su mayoría es insuficiente para formar gobierno. Ante la falta de apoyos de otros grupos, Sánchez intenta reeditar el actual Ejecutivo de coalición con fuerzas de izquierda.
Los socialistas (PSOE), con 121 escaños, necesitan el voto de 176 diputados de un Congreso de 350 para formar Gobierno, y este acuerdo parece acercarles más a lograrlo.
Según han confirmado el PSOE y Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) en un comunicado conjunto, Sánchez y Aragonès han “desbloqueado los últimos detalles” de la futura ley de amnistía y de un acuerdo para la investidura que también incluirá “cuestiones políticas y económicas” a desarrollar durante la legislatura.
Pedro Sánchez tiene hasta el 27 de este mes para acudir a la investidura, y en caso de no obtener los votos necesarios, se celebrarían nuevas elecciones generales en España el próximo 14 de enero.
Con información de efectococuyo.com