El poder político en Venezuela ha apostado al fracaso de las primarias realizadas el 22 de octubre, a pesar de los intentos judiciales por evitar su celebración. También ha buscado el éxito del referendo consultivo sobre el Esequibo del 3 de diciembre, con el objetivo de borrar los efectos de la elección opositora en la que María Corina Machado ganó con el 92% de los votos, con una participación cercana a los 2.500.000 electores, tanto dentro como fuera del país.
Las imágenes de centros de votación vacíos fueron constantes en las redes sociales de medios informativos, periodistas, políticos y ciudadanos en general que registraron la jornada del referendo consultivo sobre el Esequibo. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) afirma que votaron 10.431.907 personas.
Según analistas consultados, el gobierno de Nicolás Maduro ha sufrido un duro golpe en términos de apoyo popular tanto en las primarias como en el referendo consultivo. El chavismo se enfrenta a una serie de retos si quiere lograr una victoria limpia en las elecciones de 2024, lo cual implicaría una revisión de la candidatura del actual gobernante para la reelección, aunque esto se considera poco probable.
El politólogo Piero Trepiccione y el director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas, coinciden en que, dado que el chavismo es una “estructura vertical” y el Psuv es un partido “centralizado”, la sucesión se convierte en un problema. La primera vez, la sucesión fue forzada por la muerte de Hugo Chávez, pero ahora resulta necesario encontrar una forma legítima de llevar a cabo este proceso.
Seijas considera que es complicado decidir una candidatura distinta a Maduro en tan poco tiempo, pero no imposible. Por su parte, Trepiccione sugiere que Maduro haga una “lectura correcta” del momento político y se aparte para permitir una candidatura más viable. Otra opción sería fortalecer la estructura del Psuv para que pueda seguir adelante sin depender exclusivamente de un líder máximo.
Ambos analistas creen que el chavismo es consciente de la situación y ha discutido internamente el tema. Los bajos números de Maduro abren la puerta a cuestionamientos internos, aunque de momento no parecen derivar en el descarte de su candidatura a la reelección.
En cuanto a la participación en el referendo consultivo, un dirigente parroquial del Psuv admitió que no fue la esperada y atribuyó la falta de apoyo popular al bloqueo económico promovido por Estados Unidos. Reconoció que el gobierno debe tomar correctivos y ajustes necesarios para fortalecer su maquinaria y estructuras de base.
Los analistas consultados señalan que el pasado 3 de diciembre quedó en evidencia la desconexión entre el Psuv y sus bases, así como con la ciudadanía en general. Las alarmas están encendidas debido a la debilidad del Psuv para movilizar a sus bases, a pesar de que las primarias tuvieron éxito y despertaron el entusiasmo electoral de la gente.
Si persiste la candidatura de Maduro, los analistas señalan que tendrá más oportunidades de triunfo en elecciones con mínimas garantías. Sin embargo, consideran que la mejor opción para el chavismo sería prescindir de Maduro y presentar una candidatura más potable que permita un relanzamiento ante la opinión pública y una mayor apertura del Psuv a la sociedad.
En conclusión, el gobierno de Maduro ha sufrido un duro golpe en términos de apoyo popular en las primarias y en el referendo consultivo. El chavismo se enfrenta a retos importantes si quiere lograr una victoria limpia en las elecciones de 2024, lo cual implicaría una revisión de la candidatura de Maduro. Los analistas sugieren que el chavismo debe hacer ajustes y fortalecer su maquinaria y estructuras de base para recuperar el apoyo popular.