Hace casi un año, los habitantes del sector El Hato de Agua de Vaca, en el municipio Maneiro, han estado lidiando con un problema constante: el desborde de aguas negras que fluyen por las calles.
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Según recuerdan los vecinos, todo comenzó con el desbordamiento de las cloacas de una vivienda.
María Arismendi relató que en febrero del año pasado, una casa vecina sufrió un desbordamiento, y aunque el dueño hizo lo posible por solucionar el problema dentro de su propiedad, la boca de visita por la cual se desbordaban las aguas residuales estaba sellada con tres capas de asfalto.
A pesar de descubrirlo, el problema ahora afecta directamente a su casa, ya que está ubicada justo enfrente.
Vecinos de El Hato
Aunque la alcaldía de Maneiro ha brindado apoyo con el servicio del camión de Vactor de la alcaldía de Mariño, Arismendi señaló que las soluciones son temporales y que la situación vuelve a empeorar pocos días después. Lo preocupante es que el comedor del sector se encuentra a pocos metros del desborde.
Según Arismendi, la raíz del problema se encuentra en el sistema de bombeo ubicado en el sector “Barrio a Juro”, el cual fue invadido y desmantelado, con el robo de las bombas.
Actualmente, el sistema no está funcionando, lo que hace prever que los desbordes de aguas contaminantes continuarán.
La afectación va más allá de los malos olores y la incomodidad. Los vecinos han sufrido infecciones respiratorias, y en el caso de Arismendi, su hijo con discapacidad se ve especialmente afectado.
Arismendi hizo un llamado a las autoridades competentes, especialmente a Hidrocaribe, para que atiendan esta problemática que podría desencadenar una epidemia.
A pesar de los esfuerzos de la alcaldía, la situación persiste, y los residentes temen que la problemática se agrave durante las festividades de carnaval.
La vecina recordó que a pesar de acuerdos anteriores entre la alcaldía y Hidrocaribe para solucionar el problema, la ayuda prometida no llegó.
Aunque se realizaron arreglos temporales, el problema persiste mientras el sistema de bombeo no sea reparado.
Además del problema con las aguas negras, los residentes también enfrentan dificultades con la distribución de agua potable.
El suministro es limitado a unas pocas horas, lo que afecta a quienes no cuentan con bombas o tanques para almacenar agua durante los periodos en que no hay suministro.
La situación se agrava con incidentes como vehículos cayendo en huecos causados por los desbordamientos, lo que ha provocado accidentes y lesiones a residentes del sector.
A pesar de las dificultades, Arismendi destacó la importancia de la iluminación pública, señalando que después de seis años sin alumbrado efectivo, la alcaldía finalmente instaló luminarias en las calles del sector.
En resumen, los habitantes de El Hato han vivido un año entre aguas negras, enfrentando no solo los desbordamientos constantes, sino también las consecuencias en la salud y la seguridad.
Esperan que las autoridades competentes tomen medidas urgentes para solucionar esta problemática que afecta a toda la comunidad.