El gobierno de Nicolás Maduro acusa a Estados Unidos de proteger y respaldar a los autores de actos de terrorismo e intervencionismo. Esto se produce después de que la Embajada de Estados Unidos expresara su profunda preocupación por la detención de la activista venezolana Rocío San Miguel, quien fue arrestada el 9 de febrero por su presunta participación en una conspiración.
El canciller venezolano, Yván Gil, afirmó que el gobierno de Estados Unidos está protegiendo a terroristas que han confesado sus crímenes y las órdenes recibidas para dañar al pueblo venezolano. Gil también denunció que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la Agencia Antidrogas (DEA) de Estados Unidos han estado conspirando desde Miami y Colombia, junto con opositores de extrema derecha venezolanos, para asesinar al presidente Nicolás Maduro y a otros funcionarios del gobierno.
Estados Unidos expresó su profunda preocupación por la detención de la activista Rocío San Miguel y urgió al gobierno de Maduro a cumplir con los acuerdos para mejorar la democracia en el país.
La Casa Blanca está siguiendo de cerca el caso de San Miguel, según indicó John Kirby, uno de los portavoces del gobierno estadounidense. San Miguel fue detenida el viernes pasado por las fuerzas de seguridad venezolanas cuando intentaba abordar un vuelo en el aeropuerto internacional de Maiquetía, que sirve a Caracas.
El fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, denunció una “feroz campaña” internacional contra el sistema de justicia del país después de la detención de San Miguel y otros cinco miembros de su familia, a quienes se les vincula con la trama conspirativa ‘brazalete blanco’, cuyo objetivo era atentar contra la vida del presidente y asaltar unidades militares.
La Misión Internacional Independiente de Naciones Unidas para Venezuela, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Amnistía Internacional y numerosas ONG locales han expresado su preocupación por la detención de San Miguel y han pedido al Estado venezolano que respete sus derechos.