El poderoso Diosdado Cabello liderará operativo electoral en Zulia
El nombramiento de Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo, como jefe de un equipo especial en el estado Zulia para llevar a cabo labores electorales de cara a las próximas elecciones presidenciales del 28 de julio, ha despertado interés en el mundo político. Según el presidente de la consultora Poder y Estrategia, Ricardo Ríos, esta designación en un estado tradicionalmente opositor como Zulia se suma a la convocatoria acelerada de los comicios presidenciales por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE).
El cronograma electoral establecido por el CNE, que incluye un breve periodo para la actualización del padrón de votantes y la postulación de candidaturas, ha levantado sospechas sobre las intenciones del gobierno de Nicolás Maduro. Consciente de su bajo apoyo popular, estimado en un 10% por Poder y Estrategia y un 14% por Datincorp, se espera que el chavismo ponga en marcha estrategias para desestimular el voto opositor en las elecciones del 28 de julio, una fecha significativa para el chavismo al conmemorar el aniversario del natalicio de Hugo Chávez, ex presidente de Venezuela.
La estrategia detrás de la designación de Cabello
Según Ríos, la estrategia del chavismo se basa en el aspecto matemático y político. A pesar de la baja popularidad de Maduro, se espera que el gobierno busque reducir la participación opositora en las elecciones y fomentar la dispersión de votos entre candidatos distintos, lo que beneficiaría la candidatura de Maduro. La presencia de Cabello en Zulia, uno de los estados más afectados por problemas como la falla eléctrica, envía un mensaje de que el chavismo prevalecerá sobre la voluntad popular, independientemente de los resultados electorales.
El consultor político advierte sobre los riesgos de esta estrategia y señala que el gobierno también buscará desilusionar y desmotivar a los votantes, presentando la participación electoral como una empresa fútil. Además, resalta la importancia de mantener la cohesión interna del chavismo, a pesar de las diferencias que puedan surgir durante la campaña electoral.
Desafíos para la oposición
En cuanto a la oposición, Ríos destaca la necesidad de trazar una estrategia efectiva frente a la maquinaria política del chavismo. Los líderes opositores deberán lidiar con sectores que abogan por la abstención, así como con aquellos que mantienen posturas similares a las del gobierno de Maduro. La falta de unidad dentro de la oposición y la ausencia de acuerdos sólidos podrían allanar el camino para la reelección de Maduro, a menos que logren unificar sus fuerzas y presentar una candidatura viable para las elecciones del 28 de julio.
En conclusión, el escenario político en Venezuela se presenta desafiante tanto para el chavismo como para la oposición, con estrategias y tácticas que marcarán el rumbo de las elecciones presidenciales en julio.