El gobierno de Nicolás Maduro rechazó contundentemente la actualización presentada por la Misión de la ONU sobre Venezuela, calificando las afirmaciones de la organización como “mentiras”. En un comunicado compartido por el canciller Yván Gil, se tachó a la Misión Internacional de Determinación de Hechos de emitir “acusaciones infundadas y mentiras”.
La presidenta de la Misión, Marta Valiñas, presentó los hallazgos más recientes ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra el pasado 20 de marzo. En sus declaraciones, Valiñas denunció al Ministerio Público por seguir “operando como parte de la maquinaria represiva del Gobierno”. También criticó las detenciones de Rocío San Miguel, sus familiares, miembros de Vente Venezuela, así como las órdenes de detención contra la defensora de los derechos humanos Tamara Suju y la periodista Sebastiana Barráez, entre otros.
Por otro lado, el gobierno venezolano considera que la Misión de la ONU emite juicios parcializados con fines políticos y es cómplice de sectores extremistas que han promovido sanciones inhumanas contra Venezuela. Según el comunicado de Miraflores, la Misión Internacional no ha pisado suelo venezolano, aunque no se menciona que esto se deba a impedimentos por parte de las autoridades gubernamentales.
En resumen, mientras la Misión de la ONU alerta sobre una “reactivación de la modalidad más violenta de represión por parte de las autoridades”, el gobierno de Maduro rechaza estas denuncias y pide al Consejo de DDHH de la ONU desestimar los hallazgos presentados.