En un año en el que se espera una cifra récord de migrantes que cruzarán el Darién en su travesía hacia EE.UU., las autoridades de Colombia y Panamá no están protegiendo ni asistiendo a estos migrantes, según un informe publicado por Human Rights Watch (HRW) este miércoles.
La directora de HRW para las Américas, Juanita Goebertus, señaló que “Colombia y Panamá pueden y deben hacer más para proteger esos derechos, así como los de las comunidades locales que han sufrido años de abandono estatal”.
El informe ‘Abandonados en la selva: Protección y asistencia para migrantes y solicitantes de asilo en el Tapón del Darién’ es el segundo de una serie de documentos de HRW que resaltan la falta de medidas adecuadas en la densa selva que se ha convertido en el paso para miles de migrantes en busca de un futuro mejor o escapando de la violencia.
HRW ha constatado que los esfuerzos para garantizar el acceso a alimentación, agua y servicios básicos de salud en la frontera entre Colombia y Panamá son insuficientes, afectando los derechos tanto de los migrantes como de las comunidades locales marginadas.
El informe también destaca que los delitos contra migrantes en el Darién, incluyendo casos de violencia sexual, normalmente no son investigados ni castigados. Más de medio millón de personas cruzaron el Darién en 2023, incluyendo 113.000 menores de edad, y se espera que este número supere los 700.000 en 2024.
Quién cruza el Darién
La travesía por esta selva peligrosa es emprendida principalmente por venezolanos, haitianos y ecuatorianos, así como personas de otros continentes como Asia y África. Más de 1.300 personas han denunciado haber sufrido violencia sexual entre abril 2021 y enero 2024, según Médicos Sin Fronteras (MSF).
En un caso documentado por HRW en octubre de 2022, una pareja venezolana perdió a su hijo de seis años durante la travesía por el Darién, con autoridades tardando días en iniciar la búsqueda y el niño sigue desaparecido.
Llamado de atención a dos países
HRW lamenta que tanto Colombia como Panamá carecen de estrategias claras para garantizar los derechos de los migrantes que cruzan la región, dejándolos en manos de grupos armados como el Clan del Golfo. El Gobierno panameño aplica una estrategia de “flujo controlado” que restringe el movimiento de personas migrantes.
La ONG hace un llamado a ambos países para nombrar un alto funcionario encargado de la respuesta a la crisis humanitaria y coordinar acciones. También critica la decisión de Panamá de suspender el trabajo de MSF en el país.
HRW destaca que esta crisis requiere un esfuerzo conjunto de toda la región, incluyendo a gobiernos latinoamericanos y de EE.UU., para revertir las medidas que obstaculizan el acceso a refugio y llevan a las personas a cruzar lugares peligrosos como el Darién. No se debe dejar solos a Colombia y Panamá ante estos desafíos, concluye Goebertus.
Con información de Efecto Cocuyo