Javier Castro Bugarín
Taipéi, 5 abr (EFE).- Taiwán se enfrenta a las secuelas del terremoto más grande de los últimos 25 años, un desastre que habría sido mucho peor si la isla no hubiera implementado medidas preventivas para prevenir este tipo de eventos catastróficos. Gracias a una combinación de mecanismos de respuesta eficientes y estrictos protocolos de construcción, Taiwán logró mitigar considerablemente los daños causados por este sismo.
Con una magnitud de 7,2 según la Agencia Meteorológica Central de Taiwán y de 7,4 según el Servicio Geológico de Estados Unidos, el terremoto que sacudió la costa este de la isla el miércoles pasado fue el segundo más intenso de su historia, solo superado por el sismo de 1999 con magnitud de 7,3 (o 7,7).
A pesar de la magnitud del terremoto, los efectos fueron mucho menos devastadores en comparación con el terremoto de 1999, conocido como ‘Jiji’, que causó más de 2.400 muertos y 11.300 heridos. En contraste, el sismo más reciente ha dejado al menos 12 fallecidos, 1.106 heridos y daños menores en infraestructuras y edificios.
Según T. H. Schee, miembro de la Open Knowledge Foundation de Taiwán y experto en defensa civil, la preparación y respuesta ante emergencias en la actualidad es mucho más efectiva que hace 25 años, lo que explica en parte la reducción de los daños causados por el terremoto reciente.
Una preparación esencial debido a la geografía
Taiwán, ubicada en el \”anillo de fuego\” del Pacífico, una de las zonas con mayor actividad sísmica del mundo, experimenta cientos de sismos de diversa magnitud cada año debido a la fricción de las placas tectónicas filipina y euroasiática.
El terremoto más intenso registrado en la historia de Taiwán fue el ‘Jiji’ en 1999, que sacudió el condado central de Nantou, provocando el derrumbe de decenas de miles de edificios y cortes de energía generalizados.
Schee, oriundo de Nantou, describe las horas posteriores al terremoto del 1999 como caóticas, con centros urbanos incomunicados y una gran cantidad de personas desplazándose hacia el sur en busca de seguridad.
Lecciones aprendidas
Después del terremoto del pasado miércoles, Taiwán no tuvo que declarar estado de emergencia gracias a la coordinación del Centro de Respuesta a Emergencias y el despliegue de más de 7.000 militares, policías y bomberos en labores de rescate.
Los daños en edificios fueron menores en esta ocasión, gracias a los estrictos protocolos de construcción que se actualizan constantemente para mitigar los efectos de los terremotos.
La población taiwanesa también ha mejorado su preparación ante desastres, con programas de entrenamiento para niños y jóvenes que les enseñan cómo actuar en caso de un terremoto.
En resumen, la combinación de una respuesta eficiente del gobierno, mejoras en la arquitectura y la preparación de la población han permitido a Taiwán resistir ante desastres naturales como el reciente terremoto, demostrando su capacidad de resiliencia.
EFE
Con información de efectococuyo.com