Un total de 118,000 migrantes que se desplazan de manera irregular hacia Norteamérica han cruzado la selva del Darién, la frontera natural entre Panamá y Colombia, desde el 1 de enero hasta hoy, informó el Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá.
La jungla del Darién, que abarca 575,000 hectáreas, es un parque nacional panameño que conecta Suramérica con el istmo centroamericano. Es el único punto en el que se interrumpe la carretera Panamericana, la más larga del mundo.
La oficina de Migración panameña reportó que un total de 118,073 personas han llegado en el flujo controlado de migrantes irregulares en tránsito desde enero de 2024 hasta la fecha actual. En los primeros 11 días de abril, 8,065 personas llegaron a la provincia de Darién, de las cuales 485 fueron registradas el miércoles.
Según las estadísticas del Servicio Nacional de Migración de Panamá, en enero de 2024 atravesaron la jungla 36,001 personas, en febrero 37,166 y en marzo 36,841.
El Ministerio de Seguridad Pública de Panamá informó la semana pasada que más de 114,000 migrantes habían cruzado la jungla hasta ese momento, con más del 20 % de ellos siendo menores de edad. Durante el primer trimestre, el 60 % de estos migrantes eran de nacionalidad venezolana, según las cifras oficiales.
Los peligros a los que se enfrentan los migrantes en la selva del Darién son numerosos, desde los riesgos naturales como crecidas repentinas de ríos o ataques de animales salvajes, hasta la presencia de bandidos que cometen robos y violaciones, y la falta de agua potable, a menudo contaminada por excrementos o cadáveres de otros migrantes.
La organización Human Rights Watch (HRW) ha acusado a las autoridades de Colombia y Panamá de no proteger ni asistir a los migrantes, así como de no investigar los abusos, incluidos los asaltos sexuales, de los que son víctimas. Ambos gobiernos han rechazado estas acusaciones.
Con información de Efecto Cocuyo