Un trozo de huella dactilar en un teléfono celular, olvidado en el auto en que huía, delató la participación del ciudadano venezolano Walter del Jesús Rodríguez Pérez en el secuestro y posterior homicidio del exmilitar Ronald Ojeda Moreno (32) quien poseía calidad de refugiado en Chile por ser un público opositor a Nicolás Maduro y haber escapado de la cárcel en Caracas tras un alzamiento en armas contra el régimen. Este último, quien vivía en Independencia junto a su esposa y su hijo, fue sacado de su departamento a las 3:15 de la madrugada del 21 de febrero por cinco sujetos que se hicieron pasar por personal de la PDI utilizando para ello indumentaria falsa de la policía civil. Diez días después se halló en una toma de Maipú su cuerpo sin vida.
Una de las pistas relevantes que seguía el Ministerio Público por esos días tenía que ver justamente con Rodríguez quien no era desconocido para la policía chilena. Se trata de un miembro de la banda internacional de “El tren de Aragua” con origen en Venezuela y cuyos tentáculos han penetrado al territorio nacional. Es por eso que tras el hallazgo del cuerpo de Ojeda, en un inicio, se había debilitado el móvil político que alegaba su familia, ya que se pensó que por las características de la toma en que se hallaron sus restos todo apuntaba a criminalidad organizada. Sin embargo, tras 50 días de pesquisas, el fiscal regional de la zona sur, Héctor Barros, (quien además dirige la Fiscalía Especializada en Crimen Organizado y Homicidios(ECOH)) reveló a Chilevisión de que el móvil que persiguen es un crimen planificado desde la nación caribeña.
Hoy, de hecho, tras el impacto que generaron sus dichos, detalló aún más qué le hace creer en la posibilidad de un delito monitoreado desde Venezuela. “Hasta el momento hemos establecido que esto no fue un autosecuestro, que no fue un secuestro extorsivo, esto fue organizado por el Tren de Aragua con una organización extranjera y en el contexto de crimen organizado”, aseguró. Al ser consultado si con esto, él apuntaba a la participación de la contrainteligencia y del gobierno de Nicolás Maduro, el fiscal Barros aclaró que “yo nunca he dicho que esto es de contrainteligencia, yo he dicho que este es un delito transnacional, que se organizó en Venezuela, no he dicho que es un tema político, ni quién lo organizó”.
¿Qué es entonces lo que lo hace pensar en un móvil político? en jefe de ECOH apuntó: “si analizamos todas las causas, la única línea investigativa que nos queda es la que estamos trabajando, y es que el perfil que tiene la víctima es político, ya que ha participado en acciones contra el gobierno de Venezuela”.
Al fondo de los hallazgos: tortura y “pasaportes” a Venezuela
Hasta el momento en el caso de Ojeda hay un solo detenido. Se trata de un menor de edad, de nombre Ángel, quien esa madrugada hizo labores de “cobertura” junto a otro sujeto de nacionalidad venezolana llamada Maickel Villegas Rodríguez, contra quien también hay orden de detención vigente.
¿Qué hace pensar a los investigadores que este hecho delictual fue orquestado desde Caracas? Uno de los elementos lo entregó la autopsia. Ojeda, según pericias legistas, fue asesinado horas después de su captura mediante asfixia por parte de sus captores. Pero los tanatólogos encontraron en su cuerpo signos de haber sido amarrado y golpeado a tal punto que el Ministerio Público debió activar al protocolo de Minessota para esta investigación, tras el hallazgo de signos de torturas de las que habría sido víctima el exmilitar venezolano antes de ser asesinado. ¿Cuál fue el motivo de estos actos? Una hipótesis es que los captores querían conseguir información, ya que nunca solicitaron nada más, ni dinero, ni ningún otro de beneficio mediante la extorsión.
Los detectives han fijado la participación de Walter Rodríguez como el supuesto policía que la noche del secuestro mantiene sujeto a Ojeda desde el cuello y lo traslada desde su departamento hasta el primer piso, sin que el exmilitar pueda moverse o intentar desprenderse de sus captores. Se cree que su rol en la organización era fundamental. Con tres secuestros acuesta cometidos en el país, el miembro de El Tren de Aragua conocía muy bien cómo moverse en territorio nacional, y a su vez la acción de la policía chilena.
Otra de las pistas es que todos los involucrados en el secuestro, tras concretarse el homicidio salieron por pasos no habilitados hacia Venezuela. De esto, dicen fuentes consultadas, hay antecedentes por los seguimientos realizados a sus celulares e información de colaboración internacional.
La dinámica
A casi dos meses del crimen, la Fiscalía y PDI puedes descartar que Ojeda haya tenido algún vínculo con una agrupación delictual en nuestro país. Se investigó sus rutinas, a sus amigos, a su esposa, cuñada y no se encontró nada que hiciera sospechar de un crimen con motivación de “vendetta” o algo similar. La hipótesis de autosecuestro, con el hallazgo de su cadáver, se descartó de inmediato. Y su pasado como un acérrimo detractor del régimen de Maduro instaló la línea investigativa que hoy persigue el Ministerio Público.
Los detectives, eso sí, tienen claro lo ocurrido ese día y de que tanto Walter como Mickel participaron del hecho y hoy están en Venezuela. Por eso se solicitó colaboración internacional para traerlos de vuelta a enfrentar la justicia, aunque la Constitución de ese país no permite la extradición de connacionales. Por lo que se augura muy poco plausible la gestión.
Del día del secuestro, la PDI concluyó en un informe que “conforme al análisis de las cámaras de seguridad correspondiente al domicilio de la víctima, fue posible establecer la utilización de información privilegiada para hacer ingreso de manera expedita a la vivienda del afectado, toda vez que los ascensores no se encontraban a la vista desde el sector del hall, no existiendo dudas ni búsquedas al momento de dirigirse al departamento de la víctima”. Lo que da cuenta de la alta planificación de un secuestro, lo que se aleja del perfil de criminalidad organizada cualquiera.