La decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de obligar a los testigos a trabajar en los centros de votación donde sufragan ha generado rechazo por parte de los políticos de la oposición. Esta normativa, publicada por el ente comicial la noche del sábado 22 de junio, ha sido calificada como una “insólita restricción” por Andrés Caleca, expresidente del CNE y candidato independiente a las primarias de 2023.
Caleca, quien estuvo al frente del CNE entre marzo y diciembre de 1999, considera que esta medida, impuesta a tan solo 36 días de las elecciones presidenciales del 28 de julio, entorpece la transparencia del proceso electoral. Además, ha llamado a la ciudadanía a sortear este obstáculo que, según él, busca obstaculizar el cambio político y la expresión mayoritaria de la población en contra del gobierno de Nicolás Maduro.
Por su parte, Henrique Capriles Radonski y Andrés Velásquez también han condenado la decisión del CNE, calificándola como un acto de “desespero” por parte del madurismo. Capriles sostiene que esta medida busca entorpecer el proceso electoral, mientras que Velásquez señala que es un intento más del CNE por descolocar a los sectores democráticos. Otros políticos de la oposición, como Ángel Subero, han expresado su preocupación ante el posible favorecimiento de los centros de votación con una sola mesa a favor del partido de gobierno.
A pesar de estas críticas, la oposición ha manifestado tener un plan alternativo para garantizar la presencia de testigos en los más de 30 mil centros de votación que habrá el 28 de julio. La coalición opositora, representada por técnicos electorales de la Plataforma Unitaria Democrática, está trabajando en ajustes para cumplir con la normativa del CNE y asegurar la transparencia del proceso electoral.