Este martes, Estados Unidos instó a que el próximo proceso de diálogo con el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela se lleve a cabo de manera transparente y genuina, reiterando su llamado a unas elecciones presidenciales competitivas e inclusivas el 28 de julio.
Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca expresó a EFE: “Damos la bienvenida a un diálogo sincero. Reconocemos que el cambio hacia la democracia no será sencillo y requiere un compromiso serio”.
La administración de Joe Biden se compromete a respaldar la voluntad del pueblo venezolano y a buscar una vía hacia la gobernanza democrática a través de elecciones justas y participativas, según la misma fuente.
En una conferencia de prensa posterior, el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, evitó dar detalles específicos sobre el diálogo, pero enfatizó que el Acuerdo de Barbados del año pasado entre el chavismo y la oposición es fundamental para restaurar la democracia en Venezuela.
Estas declaraciones surgen luego de que Maduro anunciara la reanudación del diálogo con las autoridades estadounidenses para el próximo miércoles. “Después de dos meses de reflexión, he aceptado. El miércoles próximo se retoman las conversaciones con EE.UU.”, declaró el mandatario venezolano en su programa semanal de televisión.
Maduro menciona acuerdos de Catar
Maduro indicó que esta nueva fase de negociación tiene como objetivo que Estados Unidos “cumpla con los acuerdos firmados en Catar y para restablecer los términos del diálogo con respeto, sin manipulaciones”.
Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento y representante del chavismo, encabezará este proceso de diálogo en nombre de Venezuela.
Desde marzo de 2022, las conversaciones entre Estados Unidos y Venezuela han sido intermitentes y con altibajos, destacando la visita de una delegación de la Casa Blanca a Caracas para reunirse con Maduro. Como resultado de estas conversaciones, Estados Unidos levantó parcialmente las sanciones a Venezuela en octubre pasado, aunque posteriormente fueron revertidas por el Gobierno de Biden debido a la inhabilitación electoral de la líder opositora María Corina Machado.
Gracias a estos diálogos, Venezuela logró la liberación del empresario colombiano Alex Saab, señalado como testaferro de Maduro, quien estuvo detenido en Miami hasta diciembre pasado, como parte de un intercambio de prisioneros.