En todo el país, durante el simulacro electoral del 30 de junio, se observó una intensa propaganda a favor del candidato a la reelección, Nicolás Maduro. Esto se manifestó a través de panfletos, música, franelas y mensajes en contra de dirigentes de la oposición, incluyendo al candidato unitario, Edmundo González. Además, se detectaron puntos rojos cerca de los centros de votación, una alta presión sobre los empleados públicos para que asistieran y el traslado de electores en transporte estatal.
Según el politólogo Miguel Barone y la ONG Voto Joven, esta estrategia de coacción por parte del partido de gobierno (Psuv) para que los miembros de la comunidad y los trabajadores públicos voten a favor de su parcialidad política no es algo nuevo en los ensayos electorales, pero se observó un mayor impulso en este simulacro debido a la narrativa que se intentaba promover. Todo esto sucede en un contexto en el que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no ha tomado medidas para prevenir o sancionar estas prácticas, a pesar de la presencia de observadores internacionales del Centro Carter y las Naciones Unidas.
Ventajismo potenciado
Según Barone, se espera un aumento en el ventajismo el día de las elecciones el 28 de julio. El chavismo ha utilizado el simulacro como una oportunidad para movilizar a sus seguidores y tratar de cerrar la brecha en las presidenciales. Esta estrategia incluye violencia física contra la oposición, puntos rojos, propaganda electoral y movilización forzada de votantes. Esta es una táctica habitual del chavismo en los procesos electorales, pero en esta ocasión se ha intensificado.
Durante el simulacro, se pudo constatar en varios centros de votación, como la escuela José de Jesús Arocha en Petare, el despliegue de la maquinaria del Psuv, que controlaba a los votantes y presionaba a los empleados públicos para que asistieran al ensayo. Esta presión generó malestar entre los electores regulares.
A la oposición no le interesó un choque de maquinarias
Por otro lado, la oposición se limitó a verificar aspectos técnicos del proceso durante el simulacro y a observar el comportamiento de sus adversarios. A pesar de que se registró propaganda a favor de Edmundo González en algunos puntos de votación, la presencia de material a favor de Maduro fue abrumadora. La oposición no convocó a la movilización y dejó la decisión de asistir al simulacro en manos de los votantes.
Según Barone, la estrategia de la oposición se basó en evitar un enfrentamiento directo con la maquinaria del Psuv y en destacar aspectos técnicos del proceso electoral. Algunos activistas aprovecharon el simulacro para informar a los votantes sobre el proceso de votación y resaltar la importancia del secreto del voto.
No normalizar los abusos
Tanto el politólogo como la activista de derechos humanos resaltaron la importancia de denunciar los abusos cometidos durante el simulacro y de exigir respeto a los derechos de los votantes. Se espera que el CNE tome medidas para evitar la propaganda ilegal y el ventajismo el día de las elecciones. También se hizo un llamado a los observadores nacionales para que hagan un seguimiento del proceso electoral y emitan recomendaciones.