El gobierno nicaragüense ha expulsado a más de 150 sacerdotes del país, y hasta el momento el Papa Francisco no ha comentado sobre estos exilios.
El número de sacerdotes expulsados representa una cuarta parte de los sacerdotes que, hasta 2018, fueron reconocidos oficialmente por la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN). Trabajaban en la arquidiócesis de Managua y en las ocho diócesis diferentes del país.
Según Martha Patricia Molina, abogada dedicada a monitorear la persecución de la Iglesia Católica en Nicaragua, “ya son muchas las parroquias que no tienen sacerdotes, especialmente en Matagalpa, y los sacerdotes que quedan hacen un esfuerzo por visitarlas y celebrar misas. Pero en las comunidades más remotas, las iglesias han tenido que cerrar sus puertas”.
Un sacerdote nicaragüense en el exilio en Costa Rica, que pide permanecer en el anonimato debido a un voto de silencio impuesto por el Vaticano, afirma que “el plan es vaciar a Nicaragua de sacerdotes católicos”. Asegura que detrás de toda la persecución a la Iglesia Católica está la mano de la Sra. Rosario Murillo, quien aparentemente se ha propuesto erradicar el catolicismo en Nicaragua.
A pesar de la situación, el sacerdote confía en que la iglesia en Nicaragua sobrevivirá, a pesar de considerar que está atravesando sus días más difíciles en los últimos 500 años.
En cuanto a la falta de comentarios por parte del Papa Francisco sobre la expulsión de estos sacerdotes, ni siquiera aquellos que el gobierno ha enviado al Vaticano, ni el Arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, han abordado el tema, en lo que parece ser un pacto de silencio impuesto por el Vaticano.
Martha Patricia Molina también señala a Rosario Murillo como la líder de la ofensiva contra la Iglesia Católica en Nicaragua, atribuyéndole los 870 ataques sufridos por la Iglesia desde 2018 hasta julio de este año, según el último informe “Nicaragua: una iglesia perseguida”, presentado por Molina.
Estos ataques incluyen golpizas a figuras religiosas, profanación de templos y santuarios, encarcelamientos, expulsiones y difamación de sacerdotes, entre otros, como parte de una ofensiva sistemática para exterminar la Iglesia Católica en el país.
Con información de www.todosahora.com