En las afueras del Centro Penitenciario Carabobo, conocido como cárcel de Tocuyito, la desesperanza se apodera del ambiente. Más de 230 personas se encuentran detenidas en este lugar en el contexto postelectoral, mientras sus familiares enfrentan una injusticia tras otra, llorando y mostrando su molestia.
Antes, cuando estaban en comandos policiales, los familiares podían ver a los detenidos, entregarles comida y artículos de higiene personal. Sin embargo, desde su traslado al municipio Libertador de Carabobo, las cosas cambiaron.
La madre de uno de los detenidos, capturado el 30 de julio en Los Guayos cuando regresaba del trabajo y pasó cerca de una manifestación en contra del resultado presidencial del Consejo Nacional Electoral (CNE), expresó: “No sabemos cómo están. En este momento solo quiero entrar y abrazar a mi hijo“.
El lunes 26 de agosto, durante los traslados a Tocuyito, los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) prometieron a los familiares, que esperaban afuera, que podrían visitar a los detenidos el miércoles 28. Sin embargo, esta promesa no se cumplió, y tampoco se recibieron los alimentos y enseres llevados para los detenidos, ya que el penal estaba cerrado.
Aún deciden cómo será la visita de familiares
La mañana del jueves, se informó que se realizará una lista para dividir en grupos los días de visita, según el lugar de procedencia de los detenidos, y que están organizando esta logística.
En la cárcel de Tocuyito se encuentran personas de La Guaira, Trujillo, Lara y Carabobo, sin que se hayan registrado nuevos traslados desde el martes 27 de agosto. Se sabe que hay cinco adolescentes de 17 años entre el grupo de Carabobo que estaba en la sede de la Policía Nacional Bolivariana de Los Guayos.
El domingo 25, trasladaron a los reclusos que se encontraban en la 41 Brigada Blindada, conocida como Fuerte Paramacay, y en la sede del Sebin en Naguanagua, a Tocorón en Aragua y al Centro Penitenciario Yare III en Miranda.