Este sábado, cientos de seguidores del chavismo se congregaron en las calles de Caracas para conmemorar lo que consideran una “gran victoria” de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del 28 de julio. A pesar de las controversias dentro y fuera de Venezuela sobre los resultados de dichos comicios, los chavistas mostraron su apoyo al mandatario.
Desde tempranas horas, motoristas recorrieron varios kilómetros en el oeste de la capital venezolana, haciendo sonar sus bocinas en señal de respaldo a Maduro y en defensa de la paz, rechazando el fascismo y la violencia. Estas muestras de apoyo se dan en medio de acusaciones de fraude electoral por parte de la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
Además, cientos de chavistas se reunieron en diferentes puntos de la ciudad para dirigirse hacia una zona cercana al palacio presidencial de Miraflores, aunque no se confirmó la presencia del mandatario al finalizar la marcha.
Replican marcha de Caracas en otros estados
Esta manifestación también se llevó a cabo en diversas regiones del país, como mostró el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), siguiendo la convocatoria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que instó a sus seguidores a salir a las calles el mismo día que la PUD llamó a protestas a nivel nacional.
El viernes, Diosdado Cabello, número dos del PSUV, destacó que el chavismo saldría a las calles para rechazar los intentos de desestabilización de la oposición, a la que el Gobierno acusa de planes golpistas y terroristas. Asimismo, se buscaría defender la validación del triunfo de Maduro por parte del Tribunal Supremo de Justicia, conformado mayormente por jueces afines al mandatario.
Por su parte, la oposición convocó a una “protesta mundial” en varias ciudades y pueblos de Venezuela.
La líder opositora María Corina Machado anunció que las protestas en Venezuela se llevarían a cabo en forma de “enjambre”, permitiendo que los ciudadanos puedan aparecer y desaparecer rápidamente para evitar detenciones. Esta estrategia surge tras la detención de unas 2,400 personas en el contexto de la crisis poselectoral, algunas durante o al finalizar las manifestaciones.