El Gobierno español se desvincula del caso de corrupción que involucra al exministro José Luis Ábalos, quien fue un estrecho colaborador de Pedro Sánchez. Mientras tanto, la oposición conservadora exige la dimisión del Jefe de Gobierno, en medio de un nuevo escándalo que ha generado tensiones políticas en el país. Además, se ha revelado que el presidente estaba al tanto de la visita de la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez a España en 2020.
En ese momento, el Gobierno español afirmó que Rodríguez no había salido del aeropuerto y, por lo tanto, no se consideraba una violación de las directrices comunitarias, argumentando que su visita fue improvisada.
La investigación ha puesto al descubierto que Ábalos informó a Pedro Sánchez sobre la visita y que el presidente dio su aprobación al encuentro, revelando también la conexión entre Víctor de Aldama y Delcy Rodríguez.
Sánchez admitió que el exministro le informó sobre la “visita privada” de Rodríguez, pero que cuando el Gobierno se dio cuenta de que existían sanciones que le impedían pisar suelo europeo, se canceló la visita.
Esta investigación abre la posibilidad de una posible imputación de José Luis Ábalos, quien actualmente es diputado y se ha negado a renunciar a su escaño tras ser suspendido de militancia por el Partido Socialista en febrero pasado.
El exministro ha solicitado al juez del caso Koldo que le permita declarar como testigo para poder defender su “inocencia”.
El proceso que afecta a Ábalos se remonta a denuncias sobre una trama que se benefició de la venta de mascarillas durante la pandemia, implicando a Koldo García, asesor del entonces ministro de Transportes y secretario de Organización del Partido Socialista.
La investigación del llamado ‘caso Koldo’ ha revelado nuevas implicaciones y el “papel relevante” de Ábalos en la red, según un informe presentado al juez por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
El empresario “conseguidor”
En el centro de la trama se sitúa el exministro, su entonces asesor y el empresario Víctor de Aldama, consejero asesor de la compañía Air Europa, quien presumía en público de su influencia en el Ministerio de Transportes.
Aldama entró en el círculo del exministro a través de su hermano, que era escolta de Ábalos, y del asesor Koldo García.
La UCO ha constatado que la relación entre Ábalos y Aldama se fue estrechando y ubicó al empresario como intermediario en otros países, principalmente Venezuela, o en la adjudicación de contratos públicos a favor de terceros.
Víctor de Aldama pudo haberse aprovechado de su relación con Ábalos para “influir” en la concesión del rescate de Air Europa después de la pandemia.
La vinculación llegó a asuntos privados y De Aldama presuntamente fue el encargado de pagar, a través de un testaferro, el alquiler de un piso que Ábalos puso a disposición de su entonces pareja por una cifra cercana a los 89.000 euros.
El exministro también recibió un chalet en una urbanización exclusiva en Cádiz (sur de España) que el empresario adquirió en 2021 por más de medio millón de euros.
Sánchez: Quien la haga, la paga
Sánchez, quien destituyó a Ábalos de sus cargos en el Gobierno y en la Ejecutiva socialista en 2021, afirmó que “no habrá impunidad. Quien cometa un delito, lo pagará”.
Varios miembros de su gabinete han reiterado la postura del Gobierno de combatir la corrupción y se han mostrado “tranquilos” ante la situación política actual.
Sin embargo, el líder de la oposición, el conservador Alberto Núñez Feijóo, considera que la “verdad” sobre “la corrupción en el Gobierno” está saliendo a la luz a través de las investigaciones judiciales, avanzando a un ritmo alarmante.
El Partido Popular ha pedido la dimisión de Sánchez ante lo que consideran será “el mayor caso de corrupción de España”.
Con información de efectococuyo.com