Sentirse mal es natural, pero no lo normalices.
No existen emociones positivas o negativas, simplemente hay alteraciones o variaciones de nuestro estado del ánimo según los que nos suceda. Y esos estados de ánimo son clave para ser eficientes emocionalmente, por tanto, no debemos negarlos o suprimirlos. No se trata entonces de evadir o negar algunas, sobre todo de aquellas que culturalmente asociamos a malestar, como la tristeza, el miedo, el enfado o la rabia.
Aprendamos a controlar o manejar nuestros estados de ánimo, ya sean alegría, entusiasmo, enojo, miedo o apatía, porque lo que nos puede meter en problemas es cómo reaccionamos cuando los sentimos, es decir, si nos cegamos y dejamos de ser objetivos al actuar, tanto con las cosas agradables como desagradables. La mayor parte del tiempo, si nos “regulamos” eficientemente, encajaremos mejor en nuestro entorno y afrontaremos mejor la vida.
Sentirse mal es natural, pero no lo normalices
No es reprimir cualquier emoción, es analizarla, comprenderla, tener claro por qué surge para luego saber qué nos gusta y que no; qué debemos evitar y cómo podemos procesar mejor lo que sentimos. Una emoción es aquello que precisamente sentimos ante lo que nos sucede y es lo que nos lleva a la acción, para protegernos o no, así que son necesarias como, por ejemplo, el miedo que nos lleva a huir de un peligro.
Por tanto, no debemos impedir experimentar dichas emociones, lo que sí es vital, es analizarlas para entender nuestras dinámicas internas y dominarlas en la medida de lo posible, ya que los sentimientos nos aportan una información muy valiosa, porque nos dicen cómo estamos, qué necesitamos o queremos, qué nos asusta o enfada, etc.; y es necesario darnos cuenta de todo.
Si evadimos o negamos lo que pasa por nuestra cabeza quedamos sin resolver los conflictos más íntimos y esto nos va a mantener sumergidos el sufrimiento, disconfort o insatisfacción sin darnos cuenta de la causa o de nuestras carencias. Y estos sentimientos de tristeza o miedo van a seguir estando allí, sin desentrañarse y manifestarse, dando pie a problemas interpersonales, de sueño, de salud y pare usted de contar.
Repito, NO está mal tener un mal día, pues la tristeza o pesadumbre “temporal” son completamente normales, tanto como la alegría o como el amor; entendamos que las emociones son reacciones automáticas, por lo que son parte de nuestra naturaleza. Entonces, NO las niegues, solo conócelas y ten claro que las provoca.