El jefe de Misión de los Estados Unidos para Venezuela, Francisco Palmieri, advirtió al presidente Nicolás Maduro sobre las consecuencias de rechazar una transición el 10 de enero, fecha en la que inicia un nuevo período presidencial en Venezuela. Palmieri señaló que tal decisión sería considerada como la ruptura definitiva del orden constitucional en el país.
En un comunicado publicado en la cuenta oficial de la embajada de EE.UU., se destacó que el 10 de enero representa un límite para Nicolás Maduro. Se enfatizó que la negativa a una transición democrática sumiría a Venezuela en una crisis aún más profunda, enfrentando así a una comunidad internacional unida y una creciente falta de legitimidad.
Estados Unidos ha reconocido a González Urrutia como el “presidente electo” de Venezuela, quien actualmente se encuentra en España y ha manifestado su intención de regresar al país para asumir la Presidencia el 10 de enero, coincidiendo con la investidura de Maduro. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha reafirmado el compromiso de su país con el retorno a la democracia en Venezuela, respaldando a González Urrutia y a la líder opositora María Corina Machado.
Blinken expresó que Estados Unidos hará todo lo posible para garantizar el respeto a la voluntad de los votantes venezolanos y exigir responsabilidades al presidente Nicolás Maduro. Además, elogió la valentía y compromiso de González Urrutia y Machado con los principios democráticos frente a la represión en el país.
En cuanto a la situación de González Urrutia, Estados Unidos ha afirmado que no ha recibido ninguna solicitud de ayuda para su retorno a Venezuela, pero que consideraría cualquier petición en ese sentido. Sin embargo, se ha dejado claro que no reconocen la autoridad de Nicolás Maduro y por ende, no mantienen contacto con su Gobierno en este tipo de asuntos.