Siria puso fin a 53 años de gobierno de la familia Al Assad la semana pasada. Bashar al Assad asumió la presidencia en 2000, sucediendo a su padre, quien gobernó por casi tres décadas.
El pasado domingo, las fuerzas rebeldes sirias entraron en Damasco luego de la salida del presidente del país tras 13 años de guerra civil. Hayat Tahrir al-Sham (HTS), la fuerza rebelde siria, tomó la capital el 8 de diciembre con el objetivo de derrocar al gobierno de Al Assad, desencadenando la mayor agitación política en más de cinco décadas en el Medio Oriente, con posibles impactos impredecibles en la región y el mundo.
Tony Frangie Mawad, periodista venezolano-libanés especializado en Medio Oriente, señaló que el cambio político en Siria podría traer consecuencias negativas. Existen dudas sobre el rumbo que tomará el país, que podría transitar de una dictadura socialista a un autoritarismo islamista, según lo expresado durante una conversación en #CocuyoClaroyRaspao.
La relación entre el gobierno de Al Assad y el de Nicolás Maduro plantea interrogantes sobre cómo la crisis siria podría afectar a Venezuela. Frangie Mawad considera que Turquía, aliado pragmático de Venezuela, busca expandirse en América Latina, aunque es difícil prever cómo esta situación repercutirá en el país sudamericano.
Al-Assad, destituido de la presidencia, mantenía estrechos lazos con gobiernos de la región como Venezuela y Cuba. Su derrocamiento ha generado un intenso debate geopolítico y preocupación en líderes como Nicolás Maduro, quien expresó su inquietud por las implicaciones de estos hechos en Siria y sus habitantes.