Pedro Urruchurtu, coordinador internacional de la campaña de María Corina Machado y Edmundo González en las elecciones presidenciales en Venezuela, ha enviado un mensaje contundente: “La obligación moral de resistir”. Este grupo de opositores venezolanos lleva nueve meses refugiados en la embajada de Argentina en Caracas, después de ser acusados por la Fiscalía de Venezuela de delitos como conspiración y traición a la patria.
Argentina ha acogido a estos opositores bajo el respaldo de la inviolabilidad consagrada en la Convención de Viena, de la cual ambas naciones son signatarias. Sin embargo, desde agosto, la embajada está bajo la protección de Brasil, luego de que el gobierno de Nicolás Maduro revocara a los diplomáticos argentinos la autorización de permanecer en el país, alegando que desde la sede diplomática se planificaron supuestos actos terroristas por parte de los asilados.
Durante los nueve meses de refugio, la embajada ha sido objeto de asedio de diversas formas, incluyendo la interrupción del suministro eléctrico y de agua. La oposición denunció fraude tras las elecciones de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral dio por ganador a Maduro sin mostrar resultados, a pesar de que las actas evidenciaban un claro triunfo de González.
La embajada ha estado sin agua, sin servicio eléctrico y rodeada de funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana. Los refugiados han denunciado un continuo hostigamiento al edificio, con amenazas y vigilancia constante. Además, se han visto privados de servicios básicos como alimentos y medicamentos, lo que ha generado una situación de terror psicológico.
La oposición y el gobierno argentino han solicitado al gobierno de Maduro la concesión de salvoconductos para permitir la salida segura de los asilados. Sin embargo, la incertidumbre persiste y los refugiados temen por su vida, mientras enfrentan un asedio continuado y hostigamiento por parte de las autoridades venezolanas.
En medio de esta crisis diplomática, la comunidad internacional ha exigido una solución urgente y respetuosa con el derecho internacional para garantizar la seguridad y el bienestar de los opositores refugiados. La situación en la embajada de Argentina en Caracas sigue siendo crítica, marcada por la incertidumbre y el miedo a represalias por parte del régimen de Maduro.