Un hombre identificado como Fan Weiqiu fue condenado a muerte en China por un atropello masivo que cobró la vida de 35 personas en Zhuhai el mes pasado. El sujeto, de 62 años, deliberadamente arrolló a un grupo de personas que realizaban ejercicio frente a un complejo deportivo en Zhuhai, convirtiéndose en el peor ataque de este tipo en China desde 2014.
Fan Weiqiu fue detenido en el lugar del crimen luego de autolesionarse con un cuchillo. En su juicio público, el acusado se declaró culpable frente a los familiares de las víctimas. El tribunal dictaminó que los motivos detrás de sus acciones fueron extremadamente viles y atroces, lo que generó un gran perjuicio para la sociedad.
Se reveló que el acusado decidió llevar a cabo el ataque como una forma de canalizar su ira por su matrimonio roto, frustraciones personales y descontento por el reparto de propiedades tras su divorcio. Estos incidentes en China, que han resultado en múltiples víctimas este año, han generado preocupación sobre la seguridad pública en el país.
Varios analistas han vinculado el aumento de estos eventos con la creciente ira y desesperación provocadas por la desaceleración de la economía nacional y la creciente estratificación de la sociedad china. Estos casos reflejan un panorama preocupante en el país asiático, que busca abordar estos problemas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.