El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, firmó su primera ley desde que comenzó su segundo mandato el pasado 20 de enero. Esta medida permite a las autoridades migratorias detener a migrantes por robos y otros delitos menores antes de que hayan sido condenados. La firma tuvo lugar en la Sala Este de la Casa Blanca, donde Trump estuvo acompañado por familiares de Laken Riley, una joven asesinada por un migrante indocumentado, cuya muerte inspiró la legislación.
Durante la ceremonia de firma, Trump recordó a Laken Riley y criticó la falta de deportación del migrante venezolano responsable de su asesinato. Este migrante había sido arrestado previamente por un delito menor de hurto en tiendas, pero se le permitió permanecer en el país mientras su caso migratorio estaba en proceso. Fue declarado culpable del asesinato de Riley y cumple cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La historia de Laken Riley y la firma de esta ley avivaron el debate sobre inmigración en el tramo final de las elecciones de noviembre de 2024, donde Trump resultó reelegido. Como parte de su política migratoria, Trump anunció planes para habilitar 30.000 camas en la base naval de Guantánamo, Cuba, con el fin de detener a inmigrantes indocumentados. Según sus declaraciones, estas camas estarán destinadas a los «peores inmigrantes ilegales criminales que representan una amenaza para el pueblo estadounidense».
Trump afirmó que algunos de estos individuos son tan peligrosos que ni siquiera confían en sus países de origen para retenerlos, por lo que serán enviados a Guantánamo. Esta base naval opera un centro de detención para inmigrantes de manera independiente a la prisión destinada a sospechosos de terrorismo. Con esta medida, Trump busca reforzar su política migratoria y hacer frente a aquellos que considera una amenaza para la seguridad nacional.