El gobierno de Panamá ha tomado medidas drásticas para frenar la crisis migratoria que se ha intensificado en la región desde 2024. Según la Defensoría del Pueblo de Colombia, más de 400.000 migrantes, en su mayoría venezolanos, han cruzado el Tapón del Darién, la frontera natural entre Colombia y Panamá, durante el último año.
En una audiencia bilateral entre la defensora del pueblo, Iris Marín, y el Relator Especial sobre los Derechos Humanos de los Migrantes, Gehad Madi, se reveló que un total de 400.612 personas migrantes han atravesado las regiones colombianas de Urabá y Darién en 2024. La mayoría de estos migrantes provienen de Venezuela, seguidos por ecuatorianos, colombianos, haitianos, chinos e indios. Entre ellos, se cuentan 126.151 mujeres, 195.369 hombres y 72.092 niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
La Defensoría del Pueblo ha destacado la especial vulnerabilidad de las mujeres, niñas y adolescentes migrantes, quienes enfrentan altos riesgos de violencia sexual y de género. Además, han señalado deficiencias en los mecanismos para verificar el parentesco de los menores de edad con los adultos que los acompañan, lo que aumenta el peligro de trata de personas y explotación.
El Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) ha estado devolviendo migrantes, lo que ha obligado a muchas personas a buscar rutas más peligrosas. A esto se suma un reciente decreto en Panamá que impone sanciones a aquellos que ingresen de manera irregular desde Colombia, una medida que podría agravar la crisis humanitaria en la frontera.
Por su parte, el Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá informó que en enero de 2024, el flujo de migrantes irregulares que ingresaron por la selva del Darién registró una disminución histórica del 94% en comparación con el mismo período del año anterior. En enero de este año, ingresaron 2.158 migrantes, en contraste con los 34.839 que lo hicieron en enero de 2023.
Estas cifras reflejan la magnitud de la crisis migratoria en la región y las acciones tomadas por los gobiernos para abordarla. La situación sigue siendo compleja y requiere de soluciones integrales para proteger los derechos y la seguridad de los migrantes en tránsito.