Panamá se enfrenta a un nuevo escenario de migración con el flujo inverso de personas que se desplazan de norte a sur, debido al recrudecimiento de las políticas migratorias implementadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Ante esta situación, las autoridades panameñas están considerando la posibilidad de trasladar directamente a venezolanos a su país, o a través de un tercero, dado que no existen relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
El ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, anunció que la Cancillería panameña tomará acciones para establecer contactos con las autoridades venezolanas con el fin de facilitar el retorno de sus ciudadanos. Esta movilización de venezolanos se llevaría a cabo de forma directa o a través de un país intermedio que los reciba inicialmente.
El rompimiento de relaciones diplomáticas entre Panamá y Venezuela se remonta al pasado 29 de julio, cuando Panamá decidió suspender los lazos tras la controvertida reelección de Nicolás Maduro como presidente, reconociendo en su lugar al líder opositor Edmundo González Urrutia. En medio de esta coyuntura, Panamá ha sostenido reuniones con autoridades costarricenses para abordar el flujo migratorio inverso de ciudadanos venezolanos.
Recientemente, se reforzaron los controles en el paso fronterizo entre Panamá y Costa Rica luego de que un grupo de migrantes, en su mayoría venezolanos según reportes locales, intentara ingresar a territorio panameño provenientes de Estados Unidos. Ante este escenario, se acordó trasladar a los migrantes que retornan desde el norte hacia el sur a albergues en las fronteras para posteriormente repatriarlos en aviones financiados por Estados Unidos.
El ministro Ábrego informó que se estableció un protocolo para gestionar el retorno de migrantes irregulares, concentrándolos en el Centro de Atención al Migrante en Costa Rica y organizando su traslado hacia Metetí, cerca de la frontera con Colombia. Esta colaboración entre Panamá y Costa Rica surge en respuesta al aumento del flujo migratorio inverso detectado, que se espera sea gestionado de forma más eficiente gracias a la cooperación internacional.
En años recientes, el flujo migratorio irregular en Panamá se concentraba en la selva del Darién, con un pico de más de 520.000 migrantes en 2023. Sin embargo, en 2024 se observó una disminución a más de 300.000 migrantes, atribuida a las nuevas políticas migratorias implementadas por el Gobierno panameño. Esta tendencia se reflejó en una reducción del 94% en la entrada de migrantes por el Darién en enero de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos oficiales del Servicio Nacional de Migración.
En conclusión, Panamá se enfrenta a un desafío migratorio sin precedentes, que requiere de una coordinación efectiva con países vecinos y aliados estratégicos para gestionar de manera adecuada el retorno de migrantes irregulares en medio de un contexto de tensiones políticas y restricciones migratorias a nivel global.