Tras el cuestionado fraude electoral del 28 de julio de 2024, activistas en pro del derecho al voto han enfatizado la importancia de contar con observación independiente, tanto a nivel nacional como internacional, en las próximas elecciones programadas para el 27 de abril de 2025. El objetivo de esta observación es documentar el proceso electoral, registrar las condiciones en las que se lleva a cabo, identificar fallas, irregularidades y atender denuncias pertinentes.
Sin embargo, la posibilidad de llevar a cabo observación en los próximos comicios regionales y parlamentarios, organizados actualmente por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, es incierta. Diversas organizaciones que tradicionalmente se encargan de esta labor evalúan los riesgos de monitorear un proceso electoral en un entorno de persecución política.
Wanda Cedeño, coordinadora nacional de Voto Joven, resaltó la importancia de la observación electoral en un contexto donde el derecho al sufragio es fundamental. Señaló que la observación permite documentar cualquier irregularidad que pueda surgir, especialmente en un proceso que carece de condiciones mínimas y garantías para la participación de todos los ciudadanos.
En cuanto a las elecciones pasadas, donde se registraron 1.194 presos políticos en medio de protestas contra los resultados electorales, se denunciaron violaciones al debido proceso, torturas y falta de atención médica. La incertidumbre sobre la observación electoral futura radica en la seguridad de los observadores y la posibilidad de represalias.
Durante las elecciones presidenciales, la observación electoral enfrentó diversos obstáculos, como la acreditación limitada de organizaciones independientes y el acceso restringido a los centros de votación. La persecución política desencadenada por las protestas postelectorales dificultó la labor de observadores, tanto acreditados como no acreditados por el CNE.
Ante la falta de comunicación con el CNE y la ausencia de garantías para la observación electoral, las organizaciones independientes plantean condiciones para acreditar observadores, con el objetivo de evitar represalias y asegurar la transparencia del proceso. A pesar de los desafíos, se evalúa realizar un seguimiento a las próximas elecciones para documentar los acontecimientos y aprender de las fallas y aciertos.