Un grupo de 98 migrantes de los 299 deportados por Estados Unidos fue trasladado a un albergue en la provincia del Darién, en Panamá. Estos migrantes se encontraban inicialmente en un hotel céntrico de la capital panameña y se negaron a regresar voluntariamente a sus países de origen.
De los 109 migrantes programados para el traslado, 11 decidieron regresar al hotel y aceptar el retorno voluntario a sus países. Desde la semana pasada, tres vuelos provenientes de EE. UU. deportaron a casi 300 migrantes a Panamá, como parte de un acuerdo bilateral entre ambos países. De estos, 13 ya han regresado a sus países y 187 permanecen en un hotel en la capital, tras aceptar el retorno voluntario.
El Servicio Nacional de Migración de Panamá informó sobre la evasión de una migrante china en complicidad con traficantes de personas. Sin embargo, las autoridades lograron recuperarla cerca de la frontera con Costa Rica. El ministro de Seguridad de Panamá, Frank Ábrego, confirmó este hecho.
El Gobierno panameño mantiene bajo custodia a los migrantes en el hotel Decapolis, mientras que la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) gestionan la repatriación de los deportados. La OIM brinda apoyo humanitario y facilita los retornos voluntarios cuando sea seguro hacerlo.
De los 299 migrantes, alrededor de 171 han aceptado regresar voluntariamente a sus países. Estas deportaciones masivas se produjeron como resultado del endurecimiento de las políticas migratorias durante la administración de Donald Trump en Estados Unidos. Panamá aceptó ser un puente para estas deportaciones después de la visita del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en medio de tensiones por las amenazas de Trump relacionadas con el Canal de Panamá.