¡El Oscar es nuestro!
En una noche de gala en Hollywood, el cine brasileño se alzó con una importante victoria que desató la euforia en las calles de Río de Janeiro. La noticia de que la película "Aún estoy aquí" se llevaba el Oscar a la mejor película internacional fue recibida con gritos y abrazos por las 70.000 personas que abarrotaron la mítica pasarela carioca. Una pantalla gigante se encargó de difundir la buena nueva, mientras que en las gradas se encendieron bengalas de colores, marcando así el inicio de una fiesta que ya estaba en pleno apogeo gracias a los festejos carnavalescos.
El director Walter Salles dedicó este importante logro a la protagonista de la cinta, Fernanda Torres, y a su madre, la legendaria actriz Fernanda Montenegro. La película narra la desaparición del exdiputado Rubens Paiva en 1971 y la lucha de su viuda Eunice durante la dictadura brasileña. La expectativa por este reconocimiento había ido en aumento en las últimas semanas, y la coincidencia con el Carnaval de Río solo aumentó la emoción y el entusiasmo en las calles.
Fernandamanía
La aclamada actriz Fernanda Torres se convirtió en el centro de atención en medio de las celebraciones. La nominación y posterior victoria en los premios más importantes de la industria cinematográfica fueron motivo de gran orgullo para los brasileños. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva expresó su alegría y destacó la importancia de este logro para el cine nacional y para la democracia del país.
Las nominaciones a los premios estuvieron en boca de todos, y en las calles se podían ver vallas y afiches que apoyaban a Torres. Los juerguistas no dudaron en disfrazarse de la actriz en los "blocos", las masivas comparsas de Carnaval. La presencia de estatuillas doradas de plástico, orejitas de conejo y purpurina se hizo común entre los asistentes, quienes no podían ocultar su entusiasmo y alegría por este importante logro.
Doble celebración
El ambiente festivo en Río de Janeiro se intensificó con el inicio de los desfiles en el Sambódromo. Las primeras "escolas" desplegaron todo su talento y magia a través de rituales y mitos relacionados con las religiones afrobrasileñas, que son parte fundamental del origen de la samba. Este año, el Carnaval contó con un nuevo formato de tres días de desfiles, lo que permitió a las agrupaciones tener más tiempo para mostrar su arte y creatividad.
Las escuelas de samba dedican todo un año a preparar sus desfiles, por lo que este momento es esperado con gran expectación por los cariocas. La celebración de este importante triunfo en los premios Oscar promete dejar una huella imborrable en la historia del Carnaval de Río de Janeiro. La fiesta, que moviliza una considerable suma de dinero en la economía local, se vio potenciada por la emoción y el fervor de una victoria cinematográfica que será recordada por mucho tiempo.
En resumen, la combinación de la magia del Carnaval de Río de Janeiro con el reconocimiento internacional en los premios Oscar creó un ambiente de alegría y celebración que quedará grabado en la memoria de todos los que fueron testigos de esta doble celebración. ¡El Oscar es nuestro!