El peligroso viaje de los migrantes venezolanos a través de Panamá
Desde el naufragio ocurrido el 21 de febrero en Guna Yala, las autoridades indígenas de la región han detenido el zarpe de lanchas hacia Puerto Obaldía, cerca de la frontera con Colombia. Esta medida ha obligado a los migrantes a buscar nuevas rutas para continuar su viaje hacia el sur.
Según fuentes en el terreno, ahora los migrantes se ven obligados a trasladarse hacia la provincia de Colón, donde abordan lanchas en Miramar para dirigirse a Gaigirgordub, una isla en Guna Yala, y finalmente llegar a Puerto Obaldía. Este nuevo trayecto, que toma aproximadamente 9 horas, ha generado preocupación entre las autoridades locales, quienes denuncian la falta de recursos para atender a los migrantes de manera adecuada.
El presidente del Congreso General Gunayala ha expresado su descontento por la falta de apoyo por parte de las Naciones Unidas y el gobierno de Panamá. Según él, la región no cuenta con los recursos necesarios para brindar albergue, transporte y alimentación a los migrantes que llegan a su territorio en busca de una forma de continuar su viaje hacia el sur.
El viaje en lancha desde Panamá hasta Colombia ha sido descrito como peligroso y precario por los propios migrantes. Testimonios recopilados por BBC Mundo revelan que las condiciones en las que se realizan estos traslados son extremadamente precarias, con sobrecupo en las embarcaciones, falta de agua y alimentos, y conductores irresponsables.
Además, el costo de este trayecto es muy elevado para los migrantes, quienes deben pagar alrededor de US$300 por persona para llegar a Necoclí, en Colombia. Sumado a los gastos de transporte desde México hasta Panamá, muchos migrantes se ven en la situación de no poder continuar su viaje debido a la falta de recursos económicos.
En medio de esta crisis, las autoridades panameñas han sido cuestionadas por su papel en el transporte de los migrantes y la falta de medidas para garantizar su seguridad y bienestar. Mientras tanto, los migrantes se ven obligados a buscar alternativas para seguir adelante en su travesía hacia un destino incierto.
A pesar de los riesgos y dificultades, el deseo de los migrantes de regresar a casa y dejar atrás las penurias vividas en su travesía es palpable. La incertidumbre, el miedo y la esperanza se mezclan en cada uno de ellos, impulsándolos a continuar su viaje a pesar de los obstáculos que se les presentan en el camino.
En medio de esta compleja realidad, la situación de los migrantes venezolanos en Panamá sigue siendo preocupante. La falta de recursos, la precariedad de las condiciones de vida y la incertidumbre sobre su futuro son solo algunas de las dificultades a las que se enfrentan a diario. Mientras tanto, las autoridades trabajan en buscar soluciones a esta crisis humanitaria que parece no tener fin.