Este domingo 13 de abril, la Basílica Menor de la Virgen del Valle, ubicada en el oriente venezolano, fue el escenario de una emotiva celebración que marcó el inicio de la Semana Santa. Cientos de fieles, con palmas en mano y cantos de alabanza, se congregaron para participar en el Domingo de Ramos, un día que conmemora la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén antes de su Pasión.
La misa, presidida por el párroco y rector de la Basílica, presbítero Andrés José Villarroel, fue un llamado a la reflexión y al compromiso espiritual. En su homilía, el sacerdote destacó la importancia de revivir el amor redentor de Cristo durante estos días santos. “Como católicos, estamos llamados a recordar y revivir el amor redentor de Cristo, que se entrega por nosotros en la cruz. Es un tiempo para renovar nuestra fe y practicar la caridad”, expresó Villarroel.
Entre los asistentes, Edgar Moya, devoto de la Virgen del Valle, compartió su perspectiva sobre la Semana Mayor: “Esta es una semana para vivir con entrega, misericordia y oración. Debemos pedir por la paz del mundo, especialmente por el fin de los conflictos que afligen a la humanidad”. Su llamado a la solidaridad resonó entre los presentes, quienes alzaron sus ramos bendecidos como símbolo de esperanza.
El diputado Doily Hernández (@doilyhernandezm), miembro de la Asamblea Nacional, también estuvo presente y enfatizó la importancia de caminar “unidos en la esperanza”, tal como lo ha invitado el Papa Francisco. “Somos testigos de la resurrección, y en este Jubileo Ordinario de la Esperanza, debemos agradecer a Dios y al Santo Padre por el regalo de los primeros santos venezolanos: el Dr. José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles”, señaló el parlamentario. Además, hizo un llamado a mantener en oración al Pontífice, pidiendo por su salud y su labor al frente de la Iglesia.
La ceremonia concluyó con una procesión alrededor del templo, donde los asistentes entonaron cánticos tradicionales. Con este acto de fe, la comunidad católica del oriente venezolano reafirmó su compromiso de vivir la Semana Santa con espíritu de conversión y gratitud, uniendo sus voces a las de millones de creyentes en el mundo.
