“Toc Toc Toc el sonido del mal” es una de esas películas que llega al cine con la intención de asustar al espectador cuando menos se lo espera. Cocinando lentamente su trama terrorífica, se apoya en la incertidumbre detrás de un misterio familiar que engancha. Pero lo que realmente la hace interesante es su elenco. Esto hace que uno no tarde en sentir pánico mientras cada uno de ellos muestra su faceta más sádica.
Por un lado, tenemos a Antony Starr (Patriota en la serie “The Boys”). Esta vez sin tantos músculos y con el cabello más oscuro, es difícil reconocerlo hasta que lanza su macabra sonrisa. Vemos que en “Toc Toc Toc” es un hombre perturbado por algo, no sabemos por qué, que intenta sacar adelante a su familia. Controlador y obstinado, también vive de mal humor. La comunicación que sostiene con su hijo Peter (Woody Norman) es escasa y atropellada.
Por otro lado, está Lizzy Caplan (Alex Forrest en la serie “Atracción fatal”) quien encaja perfectamente en el papel de esta madre con colapsos nerviosos y poca paciencia. La mujer de mirada penetrante es, además, callada y sumisa. Sus diferentes cambios de personalidad revelan un secreto que la descolocó y que no tardará en explotar. En los primeros dos actos de la película, estos dos personajes logran que el espectador sienta un verdadero pánico.
Ambos son los padres de Peter, un niño que de un día para otro comienza a escuchar golpes en la pared de su habitación. Sus padres intentan convencerlo de que no es real, sobre todo porque la situación afecta al pequeño. La falta de sueño y el miedo lo llevarán a buscar respuestas que sus progenitores no están preparados psicológicamente para dar.
Tanto es así, que apenas el niño comienza a expresar el problema, deciden retirarlo de la escuela porque no les conviene el escándalo.
Para empeorar las cosas, Peter es el típico niño introvertido, sin amigos, que es blanco de burlas. A medida que descubre el misterio que se esconde en su habitación, Peter también experimentará una transformación y se volverá más decidido y capaz de hacer cosas que nunca creyó posibles.
El niño se destaca al mostrarse cautivador y, al mismo tiempo, perturbador, impulsado por el deseo de cambiar de ser bueno a ser malo. Cerrando el triángulo protagónico, Norman es convincente y conmovedor. Sus miradas expresan ansiedad, rencor, incertidumbre, terror, pero también rebeldía.
La historia se vuelve turbia a medida que avanza la película y las piezas se van conectando para revelar una historia extraña. A medida que la luz va iluminando el terrible secreto que conecta a la familia con diversos hechos abominables.
Samuel Bodin, director de “Toc Toc Toc”, logra crear la atmósfera y el ritmo necesarios para que el espectador se haga constantemente preguntas. La tensión va aumentando a medida que avanzan las dos primeras partes de la película. El problema, en mi opinión, es que el tercer acto se sale de control y la historia se vuelve irreal.
Y con eso se pierde esa posible normalidad inquietante en función de una verdad “sacada de los pelos”, nunca mejor dicho. Sin ánimo de hacer spoiler, la película adquiere un tono sobrenatural que desencaja y decepciona. Es una película que se puede disfrutar, especialmente si eres fanático de las películas de este género y, aún más, de los actores mencionados.