Braulio Jatar (director de Reporte Confidencial): Hoy tenemos el honor de entrevistar a Darío Contador, quien fuera miembro del Partido Socialista de Chile. Darío, agradecemos tu tiempo.
Darío Contador: Gracias, Braulio. Es un placer estar aquí.
Braulio Jatar: Comencemos con un tema de gran relevancia. En 2019, marcaste una distancia con la izquierda que elogiaba a la “primera línea” durante el estallido social en Chile. ¿Podrías explicarnos qué motivó ese distanciamiento y si ya tenías dudas sobre la dirección que estaba tomando la izquierda en Chile antes de ese momento?
Darío Contador: Bueno, primero es importante contextualizar lo que ocurrió a fines del 2019. Mi decisión de distanciarme no fue solo personal, sino compartida por un grupo de personas. Esto se debió al comportamiento de la “primera línea” durante octubre de 2019, especialmente porque la violencia se había convertido en una forma habitual de hacer política. Esta situación representó un punto de quiebre, principalmente con respecto a los partidos provenientes de la Concertación de Partidos de la Democracia, que históricamente habían sido parte fundamental de la transición chilena. El Partido Socialista, por ejemplo, omitió tomar una posición clara frente a lo que estaba ocurriendo en Chile.
Braulio Jatar: ¿Podrías detallar a qué violencia te refieres específicamente?
Darío Contador: En la política, es esencial establecer una línea clara. Cuando existe un gobierno democrático, no se justifica la rebelión. En Chile, hoy en día, tenemos una democracia y una transición exitosa de la que no cabe duda. En el contexto de 2019, se orquestó un plan para evitar el uso de la fuerza por parte del Estado, una especie de insurrección violenta o lo que podríamos llamar un golpe de Estado no convencional. La realidad de lo que sucedió en Chile es que la violencia se desató sin límites. La destrucción de bienes públicos, incluyendo iglesias, se convirtió en una escena común, no solo el 18 de octubre, sino en los días que siguieron.
Braulio Jatar: ¿Estás diciendo que el aumento de los pasajes del Metro fue una especie de pretexto o “caballo de Troya”?
Darío Contador: El alza de los pasajes del Metro no afectaba a los estudiantes ni a sus realidades. Saltar al otro lado del torniquete representó una acción de desobediencia de nuestras normas. En relación a La Moneda, el presidente no habría tenido más opción que abandonarla si no tenía la protección adecuada de sus anillos de seguridad. Todos somos conscientes de que los grupos que lideraban estos eventos no abogaban por la democracia, sino que más bien representaban a proyectos políticos que buscaban hacerse del poder. Paradójicamente, algunos de estos grupos y personas hoy ocupan cargos en el gobierno. Por ejemplo, el secretario general de la presidencia al principio de este gobierno, luego se convirtió en ministro de Desarrollo, y posteriormente tuvo que renunciar. Camila Vallejo, por mencionar otro caso, ahora es una ministra comunista, aunque la situación ha cambiado drásticamente. Al final, la discusión se centró en que el aumento no era solo de 30 pesos, “sino que representaban 30 años de sufrimiento”. ¡Todo un sin sentido, una barbaridad! Una afirmación que también debe haber hecho, porque fue la consigna principal, el entonces presidente del Partido Socialista y ahora ministro del presidente Gabriel Boric.
Braulio Jatar: En cuanto a derechos humanos, sabemos que primero viene la judicialización de los agresores, luego la indemnización a las víctimas y, finalmente, la reconciliación. Se sabe que hasta ahora se ha avanzado en los dos primeros, pero la conmemoración de los 50 años dejó la reconciliación en el olvido.
Darío Contador: Creo que es necesario detallar varias cuestiones. El tema principal aquí es político, y son ciertos partidos los que han obstaculizado la reconciliación en nuestro país, lo que lo hace irreconocible en ciertos aspectos. Si revisamos la historia de Chile, a finales del siglo XIX, hubo una guerra civil que resultó en 10,000 muertes, más que en la Guerra del Pacífico. Posteriormente ya finalizada la guerra civil tras diez años, se decretó una amnistía general. Incluso, poco después, se establecieron alianzas entre los adversarios, balmacedistas y congresistas. Esto no significa que la historia se haya olvidado, pero es sorprendente que después de 50 años, sigamos debatiendo debido a esta extrema politización de los derechos humanos, solo desde un punto de vista en lugar de avanzar hacia la reconciliación.
Braulio Jatar: ¿Cuál es tu opinión sobre el Museo de los Derechos Humanos y la Memoria en Santiago?
Darío Contador: Lamentablemente, el Museo de la Memoria ha sido capturado por la izquierda radical. Este problema no se limita solo al museo, lo vemos en otros países de América Latina, como Venezuela, Bolivia con una ex presidenta presa, por capricho de Evo Morales uno de los más fieles representantes del Socialismo del siglo 21 en nuestro continente. Esto tiene un impacto significativo en el panorama político de la región. Solo otro ejemplo: la presencia de Irán en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es vergonzosa.
Braulio Jatar: Gracias por compartir tus opiniones.