A pesar de tener un trabajo social demostrable en las comunidades del estado, las mujeres se sienten desplazadas al momento de elegir cargos de poder en la política.
Barcelona, 12 de noviembre – En el sector La Ponderosa de Barcelona, la entrega de bolsas del Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP) y alimentos en el comedor social de la comunidad marca la agenda del sábado. Estefanía y Doralys crecieron en el sector III de este barrio y actualmente pertenecen a las Unidades de Batalla Hugo Chávez (UBCh), encabezando como jefas de calle. Su labor consiste en organizar y atender a más de 200 habitantes de La Ponderosa, incluyendo el funcionamiento del comedor social. Además, se encargan de gestionar medicamentos para las personas que quedaron solas debido a la migración de sus parientes. Estas mujeres desempeñan un trabajo incansable en la comunidad, recorriendo diariamente las cuatro calles en las que trabajan.
La Ponderosa es uno de los cuatro barrios ubicados en la salida de la capital del estado Anzoátegui. Sin embargo, a pesar de este trabajo social demostrable, Estefanía y Doralys temen ser tildadas de opositoras si denuncian algo que no funcione en su comunidad. Aunque realizan trabajo social por las necesidades de sus vecinos, se sienten desplazadas cuando se trata de ser tomadas en cuenta para cargos políticos de mayor envergadura. Según Doralys, el machismo y el egoísmo de sus compañeros chavistas son barreras importantes en la participación de las mujeres en la política.
Estas mujeres consideran que las mujeres en las bases de los partidos políticos pasan desapercibidas y solo son utilizadas para impulsar a las figuras de poder. Aunque el programa ONU Mujeres destaca que el 27% de las mujeres latinoamericanas tiene representación en los órganos deliberativos locales, alcanzar la paridad con los hombres en los cargos directivos gubernamentales está lejos de ser una realidad. Un informe del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) y la Red Electoral Ciudadana reveló que la brecha actual representa un retroceso considerable en la participación de las mujeres en la vida política nacional. En los comicios regionales de 2021, solo dos mujeres fueron electas, representando un retroceso en comparación con el evento de 2017.
En los últimos 23 años, solo 11 mujeres de tendencia oficialista han ocupado cargos en la gerencia municipal en diferentes ciudades del estado Anzoátegui. Esther y Lucelys, por su parte, se han articulado para promover la participación de las mujeres en la política y en la toma de decisiones en las comunidades del estado Anzoátegui. Ambas son integrantes del Centro de Formación para la Democracia y creen que el desapego por la política es otro factor que incide en la falta de igualdad de género. Según Lucelys, los partidos políticos suelen utilizar a las mujeres para la movilización, pero no les dan un papel activo en la toma de decisiones.
En su trabajo en las comunidades, Esther y Lucelys han encontrado que muchas personas desconocen qué es la democracia y no se sienten empoderadas para participar en los procesos políticos. Consideran que es fundamental promover la participación de la sociedad en la política y fomentar la toma de decisiones en la ciudadanía. Sin embargo, Lucelys también destaca la falta de sororidad y compañerismo entre las mujeres en la política, lo cual dificulta su apoyo mutuo.
Estefanía, Doralys y Migdalys Brazón tienen esperanzas de que los cambios necesarios ocurran en el corto plazo. Para lograrlo, afirman que quienes están en posiciones de poder deben enfocarse en las verdaderas prioridades de los ciudadanos y promover la participación de todos en la toma de decisiones. Según Esther, todos los ciudadanos, hombres y mujeres, deben concientizar la importancia de su participación en la política como actores fundamentales en la administración pública.