El gobierno de Nicolás Maduro ha señalado a Canadá como un elemento de desestabilización en la región caribeña, al intervenir, según el Gobierno chavista, en la disputa por el Esequibo, un territorio de casi 160.000 kilómetros cuadrados en conflicto con Guyana.
El canciller venezolano, Yván Gil, afirmó que “Canadá no tiene la autoridad para opinar sobre la controversia entre Guyana y Venezuela por la Guayana Esequiba. El Gobierno canadiense debe ocuparse de sus propios asuntos y dejar de contribuir a la desestabilización en la región caribeña en beneficio de ExxonMobil”.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores instó al Gobierno de Guyana a “abstenerse de involucrar a países con aspiraciones coloniales frustradas en esta disputa” y reiteró que la única vía legal para resolver el conflicto es a través del Acuerdo de Ginebra de 1966, que establece las bases para una solución negociada.
El pasado 14 de junio, los líderes del G7, incluido Canadá, expresaron su seguimiento de los acontecimientos entre Venezuela y Guyana en su disputa territorial, acogiendo con satisfacción los esfuerzos regionales por mantener el diálogo entre las partes y exigiendo a Caracas que se abstenga de nuevas acciones desestabilizadoras.
En una reunión virtual convocada por el presidente de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) el 11 de junio, Venezuela y Guyana discutieron los próximos pasos sobre la disputa territorial por el Esequibo. Caracas reiteró su posición de no reconocer la CIJ ni sus decisiones sobre este asunto, instando a Georgetown a retomar las negociaciones para llegar a un acuerdo mutuamente beneficioso.
La crisis por la disputa territorial se intensificó después de que Venezuela celebrara un referendo unilateral el 3 de diciembre para anexionarse el Esequibo, y de que el Gobierno de Nicolás Maduro ordenara el despliegue de una división militar en la zona.