En una convocatoria sin precedentes, la líder opositora María Corina Machado llamó a una protesta a nivel nacional e internacional el pasado 1 de diciembre. El objetivo era exigir la liberación de los presos políticos, solicitar la intervención de la Corte Penal Internacional (CPI) y demandar el respeto a la voluntad popular expresada el 28 de julio. Esta fue la primera manifestación convocada por Machado luego de los recientes hechos de represión postelectoral.
Las opiniones sobre la protesta están divididas. Algunos destacan su resonancia a pesar del clima de temor e incertidumbre reinante, mientras que otros, incluyendo al gobierno y al fiscal Tarek William Saab, consideran que no tuvo un gran impacto debido a la falta de claridad en el llamado, lo que generó confusión sobre las actividades a realizar.
El fiscal de la CPI se pronuncia
El politólogo Christian Rivas señaló que, a pesar de las detenciones de casi 2.000 personas tras las elecciones y el resguardo del liderazgo político, la protesta opositora tuvo un impacto tanto interno como externo. Destacó la importancia de la declaración del fiscal de la CPI, Karim Khan, quien recordó los compromisos del Estado venezolano en la investigación y castigo de crímenes de lesa humanidad. La participación de la diáspora y los focos de protesta en Puerto Ordaz y Delta Amacuro también fueron resaltados.
El fiscal Khan reiteró la necesidad de proteger los derechos civiles, incluidos los niños, y de liberar a los detenidos por motivos políticos, así como a quienes hayan protestado pacíficamente. Destacó la falta de implementación de leyes y prácticas en Venezuela para castigar los crímenes y prevenir su repetición.
Confusión y desafíos
A pesar de la convocatoria mundial anunciada por Machado para el 1 de diciembre, no se aclararon las actividades hasta el viernes 29 de noviembre. La falta de contundencia en la convocatoria generó dudas entre los ciudadanos, aunque se llevaron a cabo concentraciones con velas blancas y pancartas en distintas localidades.
El consultor político Ricardo Ríos señaló que la estrategia de Machado ha descuidado las protestas internas, centrándose más en el apoyo internacional. Por otro lado, Christian Rivas destacó que, a pesar de la represión, el descontento en Venezuela sigue latente y hay expectativas de cambio de cara al 10 de enero.
El chavismo y la respuesta gubernamental
Ante las convocatorias opositoras, el chavismo respondió con movilizaciones propias el 1 de diciembre. Sin embargo, analistas coinciden en que la participación y la comunicación gubernamental fueron débiles, mostrando una demostración de debilidad por parte del oficialismo.
Cuenta regresiva hacia el 10 de enero
Analistas prevén una ola de protestas alrededor del 10 de enero, con el desafío de mantener viva la movilización en medio de la celebración navideña y los intentos del gobierno por imponer una normalidad. La incertidumbre y la expectativa de cambio siguen presentes en la población venezolana, que se prepara para posibles movimientos en los próximos días.