El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el 22 de diciembre su intención de declarar a los carteles del narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras una vez que asuma la presidencia el próximo 20 de enero. Durante un foro de la organización ultraconservadora Turning Point en Phoenix (Arizona), Trump afirmó que expulsará a todos los miembros de pandillas extranjeras y designará a los carteles como organizaciones terroristas extranjeras de manera inmediata.
El republicano, quien anteriormente ocupó la presidencia entre 2017 y 2021, volvió a culpar a otros países de enviar sus “narcotraficantes” a Estados Unidos y prometió desmantelar, deportar y destruir toda la red criminal que opera en suelo estadounidense. Estas declaraciones surgieron a raíz del caso de Aurora, una ciudad de Colorado donde, según Trump, hay presencia de miembros de la banda trasnacional venezolana “Tren de Aragua”.
Por otro lado, la ala dura del Partido Republicano ha abogado durante mucho tiempo por considerar a los narcotraficantes como terroristas e intervenir militarmente en territorio mexicano para combatirlos. Sin embargo, esta postura representa una línea roja para el Gobierno de México, que ha advertido que defenderá su soberanía ante cualquier intervención extranjera.
Durante su discurso, Trump mencionó a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, a quien describió como una “mujer encantadora”, pero insistió en que México debe tomar medidas para frenar el tráfico de drogas en la frontera. En este sentido, recordó una llamada que tuvo en noviembre con Sheinbaum, en la que amenazó con imponer aranceles del 25% a México y Canadá si no se controlaba la llegada de migrantes y drogas a Estados Unidos.
El mandatario electo destacó que miles de personas mueren cada año por sobredosis de drogas, especialmente por fentanilo, y subrayó la necesidad de detener esta situación. Trump anunció que su gobierno lanzará campañas publicitarias para concienciar a los ciudadanos sobre los peligros del consumo de estupefacientes.
A pesar de las demandas de Trump, México ha insistido en que Estados Unidos debe abordar el consumo interno de drogas como un problema de salud pública en lugar de centrarse únicamente en el tráfico en la frontera. La relación entre ambos países en materia de narcotráfico y seguridad sigue siendo un tema sensible que requiere de un diálogo continuo y respetuoso entre ambas naciones.