La reconocida pianista Gabriela Montero ha hecho un llamado a las salas de conciertos y promotores musicales para que corten los lazos con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, debido a las acusaciones de fraude electoral en las elecciones presidenciales del año pasado por parte de Nicolás Maduro.
La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela (SBSOV) tiene programada una gira por varios lugares de música clásica en Europa en enero, para conmemorar el 50 aniversario del exitoso programa de formación musical de Venezuela, El Sistema. Sin embargo, esta gira coincidirá con el inicio del tercer mandato de Maduro, según informa The Guardian.
A pesar de su reconocimiento mundial por sus brillantes interpretaciones y su labor en la formación de músicos talentosos de escasos recursos, críticos han señalado que en los últimos años el gobierno de Maduro ha utilizado a la orquesta como una herramienta de propaganda internacional. La presencia de altos funcionarios políticos en la junta directiva de El Sistema, como la vicepresidenta Delcy Rodríguez y el hijo del presidente, Nicolás Maduro Guerra, ha levantado preocupaciones sobre la politización de la institución.
Gabriela Montero ha expresado su rechazo a que la música sea utilizada con propósitos políticos, especialmente después de las elecciones venezolanas del año pasado, en las que la oposición sugiere que Maduro perdió contra su rival, Edmundo González Urrutia. Según la pianista, el mundo no debe permitir que el régimen venezolano utilice las orquestas juveniles del país como herramientas de promoción política.
Montero, galardonada recientemente con el premio internacional Václav Havel de la Fundación de Derechos Humanos a la disidencia creativa, ha instado a sus colegas artistas a solidarizarse con el pueblo venezolano en medio de la crisis política que atraviesa el país. En sus palabras, es necesario dejar de hacer negocios con un régimen que no reconoce la voluntad de la mayoría de la población.
En este sentido, la pianista ha llamado a la independencia moral de la misión musical y educativa de Venezuela, instando a que entidades vinculadas al régimen no tengan cabida en los escenarios de conciertos internacionales hasta que se restablezca la democracia en el país sudamericano.