Trabajadores de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) han levantado la voz para denunciar un preocupante aumento en el número de muertes relacionadas con enfermedades laborales en las fábricas de la empresa. Según reportes de Radio Fe y Alegría, al menos siete empleados perdieron la vida en enero a causa de patologías derivadas de sus labores, aunque la falta de información oficial dificulta precisar la cifra total.
Tanto extrabajadores como empleados activos han manifestado que la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, la cual establece medidas de protección, ya no se aplica de manera efectiva. En el pasado, esta normativa contemplaba exámenes médicos periódicos, formación adecuada y suministro de equipos de seguridad para prevenir enfermedades laborales.
Las enfermedades más comunes entre los trabajadores de la CVG incluyen afecciones pulmonares, musculoesqueléticas, hipertensión y problemas dérmicos, agravadas por la exposición a sustancias como alúmina y alquitrán, así como a altas temperaturas y radiación. Sin embargo, la suspensión de servicios médicos y la escasez de equipos de protección personal han empeorado las condiciones de trabajo.
Los centros de salud destinados a empleados de la CVG carecen de los recursos necesarios para atender a los afectados. El Hospital de Trabajadores de Guayana, principal punto de referencia, presenta largas esperas para citas y una crónica falta de medicamentos y especialistas, según lo indicado por fuentes del medio.
Jubilados y empleados han criticado el cierre del sistema de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, el cual anteriormente permitía acceso a clínicas privadas con cobertura empresarial. La situación actual no garantiza una atención oportuna, con citas agendadas para dentro de siete u ocho meses y tratamientos no disponibles, lo que ha llevado a trabajadores a llegar al hospital en condiciones críticas o, en algunos casos, ya fallecidos.