En el año 2024, Rusia se enfrentó a uno de los índices de natalidad más bajos desde 1999, lo que llevó a una funcionaria del Ministerio de Educación ruso a proponer la recuperación de las «discotecas escolares» como medida para fomentar la procreación y el matrimonio entre los jóvenes del país. Esta iniciativa busca contrarrestar el descenso en las tasas de natalidad que ha experimentado Rusia, especialmente en medio de la crisis demográfica que atraviesa.
Según información de El Mundo, factores como la guerra en Ucrania han influido en la decisión de muchos rusos de no tener hijos, con uno de cada tres ciudadanos rechazando la idea de formar una familia. La situación política, los problemas económicos y las tensiones emocionales son otros motivos que han contribuido a esta tendencia.
Natalia Agre, directora del Departamento de Política Estatal de Ámbito de la Educación y Ocio Juvenil de Rusia, destacó la importancia de crear ambientes románticos para propiciar relaciones entre los jóvenes, señalando que solo el 8% de los jóvenes rusos desean iniciar una vida familiar entre los 18 y 21 años.
En respuesta a esta crisis de natalidad, Rusia ha anunciado la asignación de más de 400 millones de dólares para programas de fomento de la natalidad en los próximos tres años. Esto incluye financiamiento para programas demográficos regionales y apoyo a las familias que tengan dos o más hijos, con el objetivo de incentivar la maternidad y regular la ideología de ‘childfree’.
Las medidas implementadas buscan revertir la crisis demográfica que enfrenta Rusia, la cual se ha agravado por la incertidumbre generada por la guerra y el declive en la población en edad fértil. Expertos estiman que para el año 2030, el número de mujeres en edad reproductiva en Rusia será un 40% menor que en 2010, lo que ha llevado al presidente Vladimir Putin a instar a las mujeres a tener más de tres hijos para contrarrestar esta tendencia.