Después de 75 años de historia, el espíritu original que inspiró a los venezolanos Pablo Morales y Oscar Prieto Ortiz en 1947 para crear la Serie del Caribe se ha desvanecido. La idea nació a raíz de la Serie Interamericana de clubes campeones de Estados Unidos, Nicaragua, Panamá, Puerto Rico y Venezuela, promovida por el empresario caraqueño Jesús Corao en 1946.
Tras la celebración de la edición de 2025 en México, donde por primera vez participó un club japonés que no forma parte de las ligas profesionales de su país, se acaba de anunciar que la Serie del Caribe de 2026 contará con ocho equipos y se jugará en tres estadios de la Gran Caracas.
Después del éxito de la edición de 2023 en el estadio Monumental Simón Bolívar y el Forum de Macuto, se sumará ahora el parque de la UCV como sede. Sin embargo, este anuncio ha generado controversia al alejarse por completo de la idea original de la competencia entre clubes campeones de la cuenca caribeña.
La Serie del Caribe de 2026 contará con la participación de Japón, Corea del Sur, Italia y Cuba, este último regresando para rescatar la rica historia que tuvo en las primeras ediciones del evento entre 1949 y 1960. Ante esta inclusión de representantes de otros continentes, surge la pregunta de si debería renombrarse como un torneo intercontinental caribeño.
En una época en la que el marketing parece primar sobre la esencia deportiva, la Serie del Caribe se enfrenta a un nuevo desafío al expandirse más allá de sus raíces caribeñas. La edición de 2026 promete ser un torneo intercontinental con la participación de equipos de Asia y Europa, lo que marca un cambio significativo en la historia de esta competencia tradicional.