La Declaración de Belém, con la visión de construir un nuevo mundo sostenible, plantea desafíos en acción conjunta con los ocho países amazónicos para encontrar soluciones para la naturaleza y la región. Se hace un llamado a la no deforestación y a la institucionalización de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, afirmó durante la Cumbre de la Amazonía que “negar la crisis climática es una insensatez”. Argumentó que es necesario ofrecer opciones sustentables para la población y las comunidades tradicionales y ancestrales de las cuencas amazónicas.
La Declaración de Belém comprende desafíos para los ocho países en términos de no deforestación y creación de nuevas instancias de participación. Lula destacó la importancia de fortalecer la OTCA y de mantener reuniones con mayor participación ciudadana, así como buscar la reestructuración del Parlamento Amazónico. El Congo, Indonesia, San Vicente y Las Granadinas, la Guayana Francesa y Noruega se suman a estas acciones.
Lula resaltó la identificación de coincidencias con otros países que tienen bosques tropicales. Destacó la necesidad de tener más representatividad en entidades financieras y mencionó dos frentes de trabajo: la generación de empleo e ingresos a través del concepto sociobioeconomía, y la creación de mecanismos que paguen por los servicios ambientales que los bosques amazónicos brindan al mundo.
El presidente brasileño enfatizó que el camino de los ricos no es el camino a seguir. Destacó la importancia del diálogo con la sociedad civil y mencionó la participación de casi 30 mil personas en los Diálogos Amazónicos, con la presencia de todos aquellos que arriesgan su vida por la protección de la Amazonia. Afirmó que esta cumbre tendrá muchos frutos y será recordada como el desarrollo sostenible.
Lula mantuvo su postura crítica ante las exigencias medioambientalistas de países europeos y afirmó que no se puede aceptar un neocolonialismo verde bajo el pretexto de proteger el medioambiente. Denunció las barreras comerciales impuestas y llamó a no aceptar medidas discriminatorias que desconsideren marcos normativos y políticas nacionales.
El presidente brasileño comentó que los países amazónicos heredaron un modelo económico depredador basado en la explotación irracional de los recursos naturales, la esclavitud y la exclusión sistemática de las poblaciones locales. Destacó que los efectos de esa depredación aún se sienten en los países amazónicos y llamó a abordar la responsabilidad histórica de los países desarrollados.
Lula subrayó la importancia de tomar acción concreta para solventar los problemas y dejar de lado las ideas sin práctica. Destacó que en la COP 28 se dirigirán a los países ricos para decirles que si quieren preservar el planeta, deben invertir recursos en cuidar los bosques y a las personas que viven en ellos.
Tras cuatro días de discusión sobre estos temas amazónicos, Lula destacó el diálogo y la capacidad de discutir sobre la problemática. Reunió a los presidentes de Suramérica y países amazónicos para buscar una salida conjunta y enfatizó la necesidad de financiamiento para mejorar el desarrollo industrial que ha contaminado al mundo. Afirmó que en esta ocasión es la Amazonía la que habla al mundo y da una respuesta sobre lo que se necesita.