En los contactos directos entre los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela, la administración de Joe Biden ha mostrado disposición para flexibilizar o levantar sanciones internacionales contra la gestión de Nicolás Maduro. Sin embargo, el gobierno de Miraflores no ha demostrado estar dispuesto a dar nada a cambio. Estados Unidos ha solicitado que el gobierno de Maduro permita elecciones presidenciales libres para 2024. Según analistas consultados por Efecto Cocuyo, es poco probable que Miraflores ceda, ya que está en juego la permanencia en el poder. Por el contrario, parece estar intensificando sus acciones: inhabilitando candidatos, nombrando a un nuevo Poder Electoral con Elvis Amoroso como presidente y amenazando las elecciones primarias de la oposición. En este sentido, se estima que las conversaciones entre la Casa Blanca y Miraflores se encuentran estancadas. Maduro se ha adelantado buscando apoyo financiero en China en su último viaje.
Félix Arellano, internacionalista, expresó que está claro que el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a flexibilizar sanciones, pero no se ve la disposición de Maduro a negociar. Arellano afirma que Maduro no quiere ceder en las garantías electorales y busca un cheque en blanco. Arellano también advierte que Biden no puede seguir cediendo ante Maduro para mejorar el flujo de ingresos de su gobierno, ya que no está bien posicionado en las encuestas y los republicanos presionan a favor de mantener la política de sanciones si no hay garantías electorales en Venezuela.
Luis Peche Arteaga, otro internacionalista, coincide en que las conversaciones se van a estancar porque Maduro no está dispuesto a negociar. Peche Arteaga cree que las garantías democráticas para las elecciones de 2024 serán bastante limitadas y no implicarán un cambio en el panorama político nacional. Destaca que el gobierno de Maduro ha logrado subsistir en el poder a costa de llevar al país a una crisis política, social y económica. La prioridad del chavismo-madurismo es mantenerse en Miraflores, aunque enfrenten una alta impopularidad.
Hasta ahora, Estados Unidos ha flexibilizado las sanciones en el área petrolera de forma puntual y con condiciones. No se espera que vaya más allá de eso. Arellano señala que Maduro apuesta a que Estados Unidos ceda sin recibir nada a cambio, pero no ve fácil que eso suceda, por eso busca apoyo en China.
En cuanto a la oposición, los internacionalistas consideran que su interlocución con Estados Unidos y las negociaciones en México están debilitadas. La oposición se encuentra dividida y concentrada en luchas internas en lugar de contra Miraflores. Esto dificulta la coordinación con la comunidad internacional y la presión sobre el gobierno de Maduro. Arellano destaca la importancia de establecer una hoja de ruta en coordinación con la comunidad internacional que no rompa con las primarias.
En resumen, las conversaciones entre Estados Unidos y Venezuela se encuentran estancadas debido a la falta de disposición de Maduro a ceder en las garantías electorales. El gobierno de Maduro busca apoyo financiero en China y no se espera que Estados Unidos flexibilice más las sanciones sin avances reales a nivel institucional en Venezuela. La oposición se encuentra debilitada y concentrada en luchas internas, lo que dificulta su interlocución con la comunidad internacional.