La victoria avasalladora de María Corina Machado en las primarias del 22 de octubre ha reavivado el debate sobre su inhabilitación y las opciones que tiene la oposición para enfrentar este obstáculo sin fragmentarse y quedarse sin candidatura en 2024. La Plataforma Unitaria se ha dividido en torno a la posibilidad de establecer un mecanismo de sucesión que produzca un candidato “apadrinado” por Machado, pero ella argumenta que esto iría en contra del mandato del 22 de octubre y facilitaría al gobierno de Nicolás Maduro elegir a un oponente a su medida. Sin embargo, es importante destacar que no hay garantía de que otro candidato no sea inhabilitado. Durante las elecciones regionales de 2021 en Barinas, el chavismo utilizó estas prohibiciones para anular sucesivamente a todos los candidatos de la oposición.
Otra alternativa que ha propuesto Machado es construir una fuerza ciudadana que obligue a la cúpula gobernante a negociar. Sin embargo, sus detractores argumentan que esto es una reedición de la estrategia del “quiebre” y la “máxima presión” que se intentó en 2019 con el gobierno interino. Para analizar las opciones de la oposición frente a la inhabilitación, Efecto Cocuyo entrevistó a los politólogos Jorge Lazo Cividanes y María Puerta Riera.
Lazo considera que la inhabilitación es una estrategia del régimen para evitar enfrentar a un candidato con posibilidades reales en una elección controlada. Según él, la estrategia de la oposición no debe ser encontrar un candidato alternativo, ya que el capital político de Machado no es fácilmente transferible. En su opinión, la transición democrática en Venezuela pasa por las negociaciones y el juego de presiones alrededor de la inhabilitación y otras garantías establecidas en el acuerdo político de Barbados.
Por su parte, Puerta considera un error anticipar un mecanismo de sucesión y renunciar antes de dar la pelea. Para ella, la presión interna y externa puede movilizar al gobierno de Maduro y obligarlo a negociar. Destaca que el chavismo ve la lucha por la supervivencia y teme desaparecer como fuerza política. Por lo tanto, es necesario ofrecer incentivos que faciliten acuerdos de convivencia y coexistencia.
En cuanto a la construcción de fuerza, Lazo señala la importancia de socavar las bases del régimen y alinear a sectores que apoyan a Maduro con el deseo de cambio de los venezolanos. Puerta, por su parte, destaca la necesidad de construir un movimiento amplio que incluya al chavismo descontento y a los denominados “ni-ni”. Ambos coinciden en que la movilización ciudadana es crucial y que cualquier salida no electoral y no negociada es un riesgo de comenzar desde cero.
Con respecto a las negociaciones, Machado ha expresado su disposición a conversar directamente con Maduro y ofrecer incentivos que no ha hecho públicos. Puerta considera esto como un crecimiento, no necesariamente una moderación, ya que muestra una estrategia diferente y la capacidad de llegar a otros sectores. En cuanto al plazo establecido por Estados Unidos para el cumplimiento de los acuerdos de negociación, ambos coinciden en que es importante que se mantenga la credibilidad y que los incentivos económicos pueden tener un mejor resultado cuando las cúpulas del régimen sientan una presión política acumulada.
En resumen, la oposición se enfrenta al desafío de la inhabilitación de María Corina Machado y busca opciones para evitar fragmentarse y perder una candidatura en 2024. La estrategia de sucesión y la construcción de fuerza ciudadana son dos caminos posibles, pero también es importante la negociación con el gobierno de Maduro. La movilización ciudadana y los incentivos son clave en este proceso, pero cualquier salida no electoral y no negociada conlleva el riesgo de comenzar desde cero.