El Partido Comunista de Venezuela (PCV) ha denunciado públicamente los abusos y torturas que, según ellos, han sufrido un grupo de menores de edad detenidos de manera arbitraria en Caracas durante las protestas post electorales del 28 de julio, que culminaron con la reelección de Nicolás Maduro como presidente. La líder del PCV, Neirlay Andrade, ha hecho eco de las denuncias de los familiares de estos jóvenes, quienes aseguran que han sido sometidos a tratos crueles, incluyendo torturas con electricidad, asfixia y golpizas, con el objetivo de hacerlos confesar delitos que no han cometido.
El PCV ha exigido la liberación inmediata de estos jóvenes, así como de todas las personas detenidas de manera arbitraria en medio de lo que describen como una escalada represiva tras las elecciones. La Fiscalía ha informado de más de 2.400 detenciones por presuntos delitos, mientras que la ONG Foro Penal ha registrado que de los 129 jóvenes capturados durante las protestas, 58 siguen bajo arresto, con algunos recientemente liberados.
Por otro lado, la Misión de Determinación de los Hechos de la ONU para Venezuela ha reportado que al menos 158 menores han sido detenidos por supuestos delitos de terrorismo o incitación al odio. La presidenta de la Misión, Marta Valiñas, ha expresado su preocupación por este fenómeno, catalogándolo como algo nuevo y extremadamente alarmante durante la presentación del último informe sobre la situación en Venezuela en el último año.