Tras finalizar el conflicto en Gaza, los restos de los rehenes fallecidos serán devueltos a sus familias, según fuentes oficiales. Más de 60.000 edificaciones han sido completamente destruidas en la región, con otras 20.000 gravemente afectadas y 56.000 moderadamente dañadas, lo que representa el 69% de la infraestructura total de Gaza, según datos del Centro de Satélites de la ONU.
La reconstrucción de Gaza se prevé costosa, con la remoción de más de 40 millones de toneladas de escombros estimada en US$1.200 millones y una duración de aproximadamente 14 años. Naciones Unidas ha calculado que el costo total de la reconstrucción podría oscilar entre US$40.000 y 50.000 millones.
La incertidumbre sobre quién gobernará Gaza tras el conflicto sigue siendo una de las principales preocupaciones. Tanto la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como Hamás han manifestado sus pretensiones de liderar la región, pero la situación política aún no está clara. Israel se opone a que Hamás mantenga el control y prefiere una presencia de la ANP, aunque también busca mantener la seguridad en Gaza una vez finalizado el conflicto.
El proceso de reconstrucción y reorganización política en Gaza es complejo y delicado. La implementación del acuerdo de alto el fuego, supervisado por Estados Unidos, Egipto y Qatar, es crucial para garantizar la estabilidad en la región. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, cualquier incidente podría poner en peligro la frágil tregua entre Israel y Hamás, generando nuevas tensiones en la zona.