La alianza inusual entre el gobierno municipal de Barquisimeto y el sector privado dio lugar a la creación de la empresa Carbonera El Obelisco C.A. y su marca, Carbones Obelisco, con el objetivo de producir carbón vegetal para la exportación. El acuerdo fue oficializado en octubre de 2021, en medio de las restricciones impuestas por la pandemia de covid-19, y quedó inmortalizado en una foto que capturaba el apretón de manos entre el alcalde chavista de Barquisimeto, Luis Jonás Reyes, y un representante sin identificar.
Ubicada en la comunidad de Pavía, a unos 13 kilómetros de Barquisimeto, la empresa recibió los permisos correspondientes del Ministerio de Ecosocialismo para la producción de carbón vegetal. El alcalde destacó la importancia de estas alianzas público-privadas para impulsar la economía local y promover un nuevo modelo económico en la región.
Sin embargo, detrás de esta iniciativa comercial se esconde una problemática ambiental. La materia prima principal para la producción de carbón vegetal en Lara proviene de la tala de árboles en el Parque Nacional Cerro Saroche, un área protegida que alberga especies amenazadas y es vital para la conservación de la fauna silvestre, como el cardenalito, símbolo del estado Lara.
A pesar de las advertencias sobre la deforestación y la sobreexplotación de recursos en la región, el emprendimiento mixto de carbón vegetal ha continuado su actividad sin mayores regulaciones. Se estima que millones de árboles han sido talados y cientos de hectáreas de bosque xerófilo han sido devastadas en los últimos años, generando preocupación entre las organizaciones ambientales.
La falta de medidas conservacionistas y el enfoque en la generación de divisas han llevado a un desequilibrio en la explotación de recursos naturales en la región, poniendo en riesgo la biodiversidad local. Es necesario tomar medidas urgentes para proteger el entorno natural y garantizar un desarrollo sostenible en Lara.
Por Lisseth Boon y Marcos David Valverde
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