El conflicto bilateral entre Argentina y Bolivia se intensifica a medida que la ciudad de Aguas Blancas, en la provincia de Salta, decide instalar un alambrado de 200 metros en su frontera con el país vecino. El objetivo de esta medida es contener los cruces ilegales de personas y el contrabando en la zona.
El interventor de la ciudad, Adrián Zigaran, quien reemplaza al alcalde enfrentando acusaciones legales, ha anunciado que esta acción se enmarca en el «Plan Güemes», implementado por el gobierno del presidente argentino, Javier Milei, en diciembre del año pasado. El plan está destinado a combatir delitos federales, como el narcotráfico, en la frontera norte del país, centrándose en las ciudades fronterizas de Aguas Blancas y Orán.
La cancillería de Bolivia ha expresado su preocupación por esta decisión unilateral, enfatizando que los temas fronterizos deben abordarse a través del diálogo bilateral para preservar la buena vecindad entre ambos países. El alambrado de dos metros y medio de altura se extenderá desde la oficina de migraciones hasta la terminal de autobuses, en una zona clave donde se detectan cruces ilegales de personas y mercancías.
El Río Bermejo, que separa Argentina de Bolivia, es conocido como parte de la «Ruta de la droga» por las autoridades argentinas, aunque también es utilizado por ciudadanos que buscan adquirir productos más baratos en la ciudad boliviana de Bermejo para luego revenderlos en territorio argentino. Esta situación ha generado preocupación por el impacto en la economía local y en el comercio legal de la región.
El gobierno argentino ha defendido la medida como parte de su estrategia para combatir el contrabando y los delitos fronterizos. Sin embargo, la reacción de Bolivia y las implicaciones para la relación entre ambos países continúan generando tensiones en la región. La construcción del alambrado en Aguas Blancas se suma a otras medidas similares adoptadas en distintas fronteras del mundo para reforzar el control y la seguridad en zonas limítrofes.